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Beijing 2022: Mikaela Shiffrin vuelve a fallar y Petra Vlhova gana el oro en slalom

Mikaela Shiffrin de Estados Unidos se sienta a un lado de la pista después de quedar descalificada en la primera manga del slalom femenino en los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022. 9 de febrero de 2022, en el distrito Yanqing de Beijing. AP Photo/Robert F. Bukaty

La eslovaca Petra Vlhova se convirtió este miércoles en la nueva campeona olímpica de slalom al ganar, tras remontar siete plazas, la prueba de los Juegos de Pekín 2022 de esa disciplina disputada en Yanqing, en la que, al igual que había sucedido el lunes en el gigante, se volvió a salir de recorrido en la primera manga -y por tanto no participó en la segunda- la estadounidense Mikaela Shiffrin, la gran figura del deporte rey invernal.

Vlhova, de 26 años, única que le discute, sobre todo en las disciplinas técnicas, su autoridad a Shiffrin -a la que secunda, a sólo 17 puntos (1.026-1.009), en la general de la Copa del Mundo- y que el lunes no había pasado del decimocuarto en el gigante, no dejó escapar su gran oportunidad. Dominó la guerra psicológica en la que se convirtió el desenlace de la prueba y ganó su primer título olímpico por delante de la austriaca Katharina Liensberger, intercambiando los puestos que ambas ocuparon el año pasado en esta modalidad en los Mundiales de Cortina d'Ampezzo (Italia).

La eslovaca, que sucede en el historial de la prueba a la sueca Frida Hansdotter, ganó con un tiempo de un minuto, 44 segundos y 98 centésimas, ocho menos que Liensberger, que también remontó: la esquiadora de Vorarlberg ascendió cinco plazas y capturó la medalla de plata; en una prueba sin participación española y en la que la suiza Wendy Holdener, que subió dos y se quedó a doce centésimas de Vlhova, acabó tercera y se llevó el bronce.

La prueba comenzó de nuevo con sorpresa. Shiffrin, de idéntica edad que Vlhova y que hace varios años que ya lo ganó todo -entre ello dos oros olímpicos, seis títulos mundiales y tres victorias finales en la Copa del Mundo, competición en la que cuenta con 73 victorias-, se salió de recorrido en la parte alta de la pista de Yanqing, al igual que le había sucedido el pasado lunes en el gigante que abrió la competición femenina.

Otro error que la súper-campeona de Vail (Colorado) -cuyas 47 victorias en el slalom suponen el récord histórico absoluto (hombres y mujeres) de triunfos en una misma modalidad del esquí alpino en Copa del Mundo- no fue capaz de explicar. "Tenía la mentalidad correcta y mi esquí está bien, pero las cosas no salieron. Quería atacar y eso hice, pero se me fue un poco el esquí, resbalé un poco; y ya estaba fuera. Es complicado, es difícil de entender. Aquí no existe otra posibilidad que la de hacerlo todo perfecto. Estaba centrada y tenía un plan; pero no salió", explicó, en la zona de meta de Yanqing, una desconcertada Shiffrin.

La estadounidense -que hace ocho años se había proclamado, con 18, en los Juegos de Sochi 2014 (Rusia) la más joven campeona olímpica de esta disciplina; y que hace cuatro ganó oro en slalom gigante en los de PyeongChang 2018 (Corea del Sur)- no fue la única que acabó frustrada este miércoles en China. La alemana Lena Dürr, que a los 30 años cuenta una única victoria en la Copa del Mundo, había marcado el mejor tiempo de la primera manga y acabó cuarta, tras dejar escapar la gran oportunidad de su vida, y a sólo siete centésimas del podio.

Dürr lideraba con tres centésimas de ventaja sobre la suiza Michelle Gisin -quinta al final- y con doce de ventaja respecto a la sueca Sara Hector, que el lunes había ganado el gigante; y que, sin presión, salió a por todo y se quedó en nada en la segunda bajada.

Igual que Shiffrin, las dos competidoras latinoamericanas, la argentina Francesca Baruzzi y la chilena Emilia Aramburo, quedaron fuera sin completar la primera manga del slalom. Hace dos días, Baruzzi, de 23 años, fue la que mejor resultado obtuvo en el slalom gigante entre cinco latinoamericanas, consiguiendo el puesto 29 con un crono total de 2:04.00. Por su parte, Aramburo, de 19 años, culminó en la posición 42 con un tiempo combinado de 2:16.32.

Más retrasadas habían quedado -a 47 y 48 centésimas- la eslovena Andreja Slokar y Holdener , cuarta y quinta, pero con opciones de podio. La estadounidense Paula Moltzan, octava al final, era sexta, a 62; y Liensberger, séptima, a 66.

Vlhova, última ganadora de la gran Bola de Cristal, era octava tras el primer acto, a más de siete décimas de Dürr. Pero la eslovaca tiró de galones y demostró en la segunda manga que no por casualidad se aseguró matemáticamente hace ya un mes la Copa del Mundo de la disciplina (en la que lleva cinco triunfos). Aprovechó el marcaje de pista de su técnico, el suizo Mauro Pini -ex entrenador, entre otras de la andaluza María José Rienda, la española con más victorias en la Copa del Mundo (seis)-; y con el mejor parcial de la segunda bajada se aseguró el oro.

La eslovaca metió toda la presión del mundo a sus rivales, mejorando tras su bajada a la suiza Camile Rast, cuyos esquís prepara con maestría el italiano Andrea Vianello, uno de los más reputados 'skiman' del circuito y marido de la andaluza de origen chileno Carolina Ruiz, única española en ganar un descenso de Copa del Mundo (el de Meribel de 2013, en Francia).

Rast, con el tercer parcial del acto decisivo, mejoró dos puestos y concluyó séptima.

Slokar, cuarta en la primera manga, se salió de recorrido; Gisin bajó del tercero al quinto y Hector, la gran triunfadora en el gigante, arriesgó y también se saltó una puerta, por lo que Liensberger -segundo crono en la segunda manga- empezaba a unir su alegría a la de Vlhova.

En el portillón de salida sólo quedaba Dürr. Pero la alemana se quedó a las puertas de un podio en el que se metió justo al final Holdener, que capturó su cuarta medalla olímpica, después de haber ganado tres -una de cada metal- hace cuatro años en PyeongChang.

Liensberger festejó su plata como si de oro se tratase; y Vlhova entró en éxtasis: oro mundial en el gigante de Are (Suecia) hace tres años, la esquiadora de Liptovsky Mikulas cerró su particular círculo al ganar el único gran título que le faltaba en su brillante carrera deportiva.