Es tan adorado como odiado, es un personaje que suele polarizar a la fanaticada y muchos dicen que ni parece mexicano, pero hace tiempo que este joven jalisciense, Saúl ‘Canelo’ Álvarez, es el rostro del boxeo azteca.
Desde niño supo lo que era ganarse el dinero trabajando y aunque no le encantó la idea, se fajó y subió a vender paletas de hielo a los camiones de su natal Juanacatlán, pero incluso ahí demostró su talento, porque noqueó a su destino.
Unos guantes que le regaló su hermano Rigoberto apenas pasando los 10 años le abrieron las alas y muy pronto dio muestras de su talento al ganar un par de medallas en olimpiadas nacionales hasta que, el destino que una vez sacudió, lo llevó al boxeo profesional donde se consagró como estrella.
Su frenético ascenso, llenos espectaculares y campeonatos mundiales ante figuras de primera línea llevaron al mundo a compararle con las leyendas mexicanas de este deporte, pero lo que no aceptan es que a sus 27 años, es que su historia, la historia de Canelo Álvarez, está por vivir sus mejores momentos.