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Brazadas de Paty Guerra cruzan canales y generan consciencia

Cortesía

MÉXICO -- La nadadora de aguas abiertas, Patricia Guerra, reconoció que durante sus brazadas en todo tipo de mares “tu aliado más próximo es el miedo” como una clara muestra de su consciencia en torno a los riesgos que enfrentan en sus travesías por los grandes mares.

Sin embargo, lo más importante para ella es ayudar y en nombre de este sentimiento decidió dedicarse a causas altruistas donde el foco principal son los niños y las mujeres.

Actualmente, Paty Guerra, directora de la Fundación IMSS, se prepara para cruzar de Cozumel a la Riviera Maya en un hecho denominado como ‘Nado de Corazón’. La meta es de crear conciencia civil en la sociedad mexicana a través de estrategias educativas en las guarderías del IMSS, como es promover hábitos saludables y prevenir enfermedades cardiovasculares desde la infancia.

“Es un nombre muy atinado, muy sensible, que le puso mi agencia a esta causa; simplifica perfectamente lo que estamos haciendo, porque al final del día uno suma brazadas y patadas de corazón y aparte, lo hace por un bien común”, comentó.

Sobre cuándo adoptó ese afán por ayudar respondió que “cuando yo vengo de regreso de mi primera travesía del Canal de la Mancha, arriba ya de la embarcación decidí empezar a regresarle al deporte mucho de lo que me había dado y hacerlo a través de campañas sociales, a través de la venta de brazadas para beneficiar a niños y a mujeres. ¿Por qué lo decidí? La filosofía es sencilla: De todas formas lo voy a hacer y si puedes beneficiar a alguien, mejor”.

A decir de la ‘nadadora de los mares’, “la suma de voluntades y talentos logran que al final del día se logren esas travesías en beneficio de mucha gente, tanto a mujeres con cáncer de mama, trasplantes de médula en niños con cáncer… Esto se vuelve una magia y es un motivo más para seguir haciendo lo que me encanta hacer”.

Es soltera y con un hijo, Daniel, que ha alcanzado la mayoría de edad. Juntos han compartido riesgos a la vez que enriquecedoras experiencias en el océano y por supuesto, sus grandes logros.

“Él es mi motor y la motivación hacia todos estos mares. Mi primer cruce al Canal de la Macha fue cuando Daniel tenía cuatro años y empecé a entrenar cuando él tenía dos años entonces él ha vivido siempre en una embarcación, mi oficina era una alberca; para Daniel es como muy normal. Yo creo que le da mucho orgullo y mucha satisfacción, y hoy es parte del equipo en una embarcación”.

Explicó que su hijo es estudiante de medicina y realiza voluntariados: “Le gusta ayudar a la gente; desde los 14 años ha estado en hospitales, pues antes estaba en una asociación donde era ‘Doctor Payaso’, que era llevar alegría a estos nosocomios. Él también, a través de lo que hace en la embarcación, genera esas brazadas para muchos chiquitos y a sus 19 años es un chavo consciente de que existen causas vulnerables en su país y si él puede hacer algo, hay que buscar qué es lo que más te gusta hacer y así lograr ese beneficio para las distintas causas”.

ENTRE EL MIEDO Y EL RESPETO

Cuestionada por ESPN Digital sobre sus inicios como nadadora en mar abierto, expresó que lo que le inspiró fue “nadar atrás de la ola, que es donde te tienen permitido nadar. Era esa curiosidad de qué pasaba atrás, de hasta dónde podías llegar, dónde se acababa; eso me movió a adentrarme muchísimo más a las aguas abiertas, pasar de un país a otro”.

No obstante, se dijo consciente de los peligros que le acechan al sumergirse en aquella masa de agua salada. “El respeto nunca se pierde, mientras más lo nadas más respeto le tienes. Es el mejor maestro, la mejor forma que he tenido de conectarme a mí misma y de pasar muchas cosas platicando conmigo”.

Afirmó que “el miedo es tu aliado más próximo, siempre presente de tu lado derecho y siempre con un sentimiento de alerta, muy pendiente de tu equipo, de las indicaciones que te dicta tu equipo, tanto en comida, como en dirección, y siempre buscando ese equilibrio físico y mental que necesitas para llegar del otro lado”.

Manifestó también que hay un mucho de misticismo en las travesías que realiza, pero su mayor premio es que le genera “muchísima felicidad y alegría”, además que obtiene un crecimiento espiritual y la hace un mejor ser humano.

“Cuando tú estás en una travesía y llegas al otro lado, la única palabra que surge es: ‘Gracias’ a ese gran maestro que te dejó pasar y a alguien allá arriba que te cuidó en todo el camino”.

Paty Guerra manifestó que el mar le exige una conciencia diferente y en este sentido dimensiona que al final del día puede beneficiar a muchísimas personas con el ‘nado con causa’, pese a tener que enfrentar las inclemencias de la naturaleza.

“Hay mares donde hay mucha fauna marina, como en el Caribe, en Mar de Cortés, donde está el acuario más grande del mundo; ahí salen muchos delfines y lobitos marinos que siempre te acompañan. El agua es muy transparente y entonces logras ver la fauna marina. Una vez que nadamos de Cancún a Isla Mujeres había bastante tiburón gata, en el Canal de la Mancha no ves más que medusas; he nadado dos veces en Jalisco y me ha tocado repleto de agua mala y medusas. No me ha ido bien en el sentido de las quemaduras que tengo por el tema de las aguas malas y de las medusas, pero esto es parte también de esa magia”.

¿CÓMO OBTIENE SUS INGRESOS?

Acerca de dónde provienen sus ingresos, explicó que “hoy por hoy opero la Fundación IMSS, doy conferencias motivacionales; a raíz de eso tengo la fortuna de contar con una estabilidad económica para Daniel y para mí, por eso he escogido donar todos los ingresos de mis brazadas”.

En estos momentos, la mirada y los pensamientos de Patricia Guerra están enfocados en su siguiente travesía y acerca de su preparación para salir avante de este nuevo reto, informó que nada a diario en alberca y los fines de semana lo hace a nado largo “en cualquier escenario natural, para medir las distancias, conocer las corrientes y el oleaje”.

Señaló que con la supervisión de su nutrióloga lleva una dieta muy balanceada la cual es muy estricta, rica en proteínas y carbohidratos, y cero azúcar.