El futuro ya llegó para Nalbandian

Wimbledon ya pasó, y el argentino David Nalbandian se dará cuenta de a poco lo que significa haber sido finalista. Y también que, a sus 20 años, tiene mucho potencial para seguir creciendo

HISTÓRICO
El cordobés David Nalbandian con su trofeo de subcampeón de Wimbledón, tras caer en la final ante el australiano Lleyton Hewitt
(Reuters)
Que fue el primer varón argentino en llegar a la final de Wimbledon (ya había sido un récord su acceso a las semifinales). Que, luego de Guillermo Vilas y de Gabriela Sabatini, logró ser el único jugador de su país en trepar a una final de Grand Slam. Que se convirtió en el primer hombre latinoamericano en alcanzar la definición del Abierto de Inglaterra en 43 años, desde que lo hiciera en 1959 el peruano Alex Olmedo (obtuvo el título), quien luego representó a Estados Unidos en la Copa Davis. Que se transformó en el primer varón en la historia que, en su debut en Wimbledon, se mete en la final. Que...

La heroica actuación de David Nalbandian en La Catedral del tenis permite seguir enumerando marcas históricas, de esas que quedan grabadas para siempre en los libros. A los 20 años y en su segunda temporada de lleno en el circuito profesional, este pibe demostró tener pasta de gran jugador. Por eso, hay razones en las que se apoya la sólida base de su presente y que van más allá de lo que registran, con mayor o menor imponencia, los números de las estadísticas.

A esta hora, la del balance, vale la pena desandar un camino inevitable: el de los innumerables interrogantes que surgen a raíz de por qué le llegó ahora el turno a Nalbandian. Enseguida aparecen quienes dicen que se le abrió el cuadro, que por ese lado de la llave debieron haber llegado las figuras estadounidenses Pete Sampras y Andre Agassi. Es cierto que, en un torneo tan importante y al mejor de cinco sets, es preferible enfrentar a rivales con menores pergaminos.

Pero por algo perdieron en la segunda ronda aquellos ex campeones (rindieron mal y ni pudieron imponer la camiseta). Es más: el cordobés, quien dijo que prefirió haber jugado con Sampras, arrasó, en su triunfo más fácil, al suizo George Bastl en la tercera rueda, quien venía de dar el batacazo contra Sampras, el récordman mundial, el hombre de los 13 títulos de Grand Slam, los siete triunfos en Wimbledon y los seis años seguidos como N° 1 del mundo.

SU LLAVE: LA MENTALIDAD
Es necesario afirmar, una y otra vez, que lo hecho por Nalbandian fue magnífico desde todo ángulo de análisis. Porque aquí radica un punto clave de su actuación y que genera, entre los aficionados, la pregunta de ¿por qué él y no otro argentino? Y la respuesta es sencilla: David supo resolver los partidos accesibles y los más complicados con la misma presencia.

A diferencia, sin ir más lejos, de los otros dos argentinos que también se destacaron mucho este año, como Guillermo Cañas y Gastón Gaudio, en este caso Nalbandian tuvo la fuerza mental para resolver distintos tipos de situaciones. Aunque muchas veces las comparaciones son odiosas, vale el ejemplo para saber por qué uno sí y los otros no.

Ambos colegas desaprovecharon, sobre todo Cañas, innumerables oportunidades para haber escalado más en Wimbledon. La mentalidad -si bien es archisabida su importancia- fue el click, la llave del éxito de este rubio que conmovió a América Latina y sorprendió al mundo.

Los partidos que Nalbandian ganó en cinco sets y tras haber ido 2-0 arriba, ante el ecuatoriano Nicolás Lapentti en cuartos y frente al belga Xavier Malisse en semifinales, son el fiel ejemplo de los encuentros que suelen perder sus dos compatriotas más experimentados.

Cañas logró mejores desempeños que Gaudio en los grandes torneos, aunque esta vez se despidió en la segunda rueda cuando dispuso de un cuadro tentador para alcanzar los cuartos. Y Gaudio, una pieza clave en la Copa Davis, sigue desaprovechando posibilidades y sufriendo derrotas en cinco sets en los Grand Slam.

Un punto que no debe obviarse es que Nalbandian eliminó a jugadores netamente de base como él y también venció en octavos al fuerte sacador australiano Wayne Arthurs. Haber saltado esa barrera, especialmente en el rapidísimo césped, fue vital para su confianza, ya que dijo que no pensó que iba a poder ganarle. Ese choque, ante un adversario que no da ritmo y mete un promedio de más de 30 aces por encuentro, es otro de los típicos que pierden otros argentinos, ya que no se preparan con la paciencia debida y no resuelven bien los tie-breaks.

Otra pregunta que se escucha insistentemente es ¿por qué no le tembló el pulso, no le pesó la falta de experiencia? Nalbandian se mostró más maduro que lo que muchos se imaginaron. Lo demostró cuando enfrentó a decenas de micrófonos luego de cada una de sus seis victorias y de su derrota final, pero en especial lo hizo adentro de la cancha, cuando se cuentan los porotos. Si bien estuvo nervioso y tenso en algunos encuentros, como es lógico por su edad y la carencia de haber vivido antes situaciones similares, supo salir adelante.

Como la mayoría de los argentinos, Nalbandian, a falta de un servicio imponente y que le otorgara varios puntos gratis, se hizo respetar a partir de una devolución de saque efectiva, que en general fue produnda y ahogó a los rivales. Además, contó con un revés bárbaro, que, cuando lo jugó cruzado y con mucho ángulo, le permitió desacomodar y sacar literalmente del rectángulo a los rivales para luego definir sobre el otro lado.

Su juego es completo, porque a su solidez desde el fondo también le agrega que busca un momento oportuno para subir a la red y sabe definir con la volea. A los 20 años, le queda mucho por aprender, bajo la gran conducción de Gabriel Markus, ya que hay que tener en cuenta que llegó nada menos que a la final de Wimbledon sin un saque realmente ganador. Trató de darle variantes a su servicio y logró buenos resultados cuando lo hizo con slice en el cuadrado de la derecha, el de iguales.

PUEDE MEJORAR MUCHO
Por todo esto, su futuro es más que alentador. Y hay una clave ante otro interrogante de moda: ¿por qué consiguió esto en Wimbledon y no en Roland Garros, donde a los latinos los favorece el lento polvo de ladrillo? Cuando David tenía cuatro añitos, en Unquillo, un pequeño pueblo de la provincia de Córdoba, algunos hombres decidieron construir dos canchas de cemento en el medio de un cerro para que fueran más fáciles de mantener. Y por eso su mejor adaptación a las superficies rápidas, ya que creció jugando allí.

Su primer aviso fue en 1998, cuando, con 16 años, obtuvo el Abierto de Estados Unidos para juveniles sobre su ya muy familiar cemento. Eso incluso provocó que recibiera una invitación para jugar la Copa Davis para Mónaco, la que rechazó de plano porque dijo que no quería representar a otro país que no fuera Argentina.

En 1999, perdió la final junior del Abierto de Francia ante Guillermo Coria, su habitual compañero de viajes del programa de desarrollo impulsado por la Asociación Argentina de Tenis. Y en Londres ganó el dobles con Coria y, por un error, llegó tarde y no pudo jugar una semifinal individual.

Después llegaron tiempos en los que, como suele ocurrirles a los jugadores de países lejanos del Primer Mundo, tuvo que deambular por torneos rentados pequeños en su etapa de transición hacia al profesionalismo y hasta luego reconoció que quizá no hizo el esfuerzo suficiente para entrenarse a full.

Tras estar tapado por el salto de Coria el año pasado, creció en todo sentido y esta temporada Nalbandian logró el esperado despegue. Consiguió su primer -y único- título de ATP, en Estoril, sobre arcilla, y ahora acaba de dejar boquiabiertos a todos con su escalada hasta la definición del torneo más tradicional.

Fue una maravilla lo suyo, más allá de que en la final cayó sin atenuantes ante el australiano Lleyton Hewitt. Es que el actual N° 1 tiene bien puesta esa chapa, por consistencia y una mentalidad agresiva y ganadora a ultranza. Además, el campeón del US Open 2001 no muestra puntos flojos para entrarle y ponerlo en una posición incómoda.

Si el acceso de Franco Squillari a las semifinales de Roland Garros en el 2000 fue extraordinario para el tenis argentino, lo de Nalbandian alcanzó el rótulo de hazaña, del sueño hecho realidad. Porque las imágenes pasan rápido y hay poco tiempo para pensar en plena competencia, ahora que Wimbledon terminó, él empezará a darse cuenta de lo que consiguió. Aún más: empezará a entender que tiene mucho potencial para seguir creciendo.

GUSTAVO GOITÍA es periodista especializado en tenis desde 1989. Se desempeñó como redactor en el diario La Nación, la revista VIVA de Clarín y el diario deportivo Olé, todos de Buenos Aires, y además fue comentarista en el canal TyC Sports. Actualmente es redactor del diario Clarín y columnista de ESPNdeportes.com.

 ENVÍALO | MÁS ENVIADOS

Circuito ATP
Rankings ATP
Vertiginoso ascenso del argentino David Nalbandian
Wimbledon
Hewitt venció a Nalbandian en la final
Wimbledon
Nalbandián: "Haber jugado la final es increíble"
Wimbledon
Para Markus, los nervios perjudicaron a Nalbandián
martes, 08 de julio