La tenista ha convocado a la prensa con un escueto comunicado. Ha invitado a los periodistas a "charlar" y "compartir" un aperitivo en la escuela de tenis que regenta su hermano Emilio junto con el también ex tenista Sergio Casal.

Nada ha trascendido y el hermetismo es absoluto tanto en el entorno familiar como en el deportivo de la jugadora. Sin embargo, hay una serie de indicios que invitan a pensar que Arantxa tomará el doloroso camino de la despedida.

La jugadora parece estar afectada psicológicamente a raíz de todo lo acontecido en la última Copa Federación, cuando se retiró lesionada y dolida por un comentario nada acertado realizado en voz alta por un espectador.

Todo ello ocurre pocos días después de la aparición de una entrevista publicada por el rotativo barcelonés 'La Vanguardia', en la que Arantxa asegura que sólo ella decidirá cuándo se retira y que entre sus planes más inmediatos figura recuperarse de su lesión y preparar la siguiente temporada.

Arantxa, cuya rotura fibrilar en el recto interior izquierdo le han impedido jugar el Masters de dobles de Los Angeles, explicó en el citado periódico: "Hace siete años que me retiran, pero sólo yo decidiré cuándo me retiraré".

La tenista aseguró que "es muy difícil" saber cuándo tomará esa decisión. "Será cuando note que no estoy al ciento por ciento de mis condiciones físicas y mentales para seguir jugando. Entonces diré basta, pero ahora sigo disfrutando", comentó.

La barcelonesa ha sufrido un rosario de lesiones desde 1999 lo cual ha incidido en que su clasificación mundial haya caído en picado. La presente temporada cumple su decimosexto año como profesional, un circuito que encabezó durante doce semanas en 1995.

Hasta la fecha ha conseguido cuatro títulos de 'Grand Slam' (tres Roland Garros y un Abierto de Estados Unidos), 29 títulos en el WTA Tour, cuatro medallas olímpicas (dos platas en Barcelona y dos bronces en Atlanta) y la concesión del premio príncipe de Asturias de los deportes en 1998.