Después de tres años de estar con los Wizards como directivo, primero gerente general, luego presidente de operaciones y al final dos temporadas de jugador activo, Jordan fue despedido hoy por los Wizards, que no lo consideran el profesional adecuado para seguir la reconstrucción del equipo.

La salida de Jordan de los Wizards dio toda la razón a los críticos que vieron su vuelta a la competición como un grave error tanto para su proyección individual como para la del equipo.

Los hechos confirmaron esos argumentos después que los Wizards siguen siendo uno de los peores equipos de la liga y en las dos últimas temporadas con Jordan también tuvieron marca perdedora y sin estar en la fase final del campeonato.

Los Wizards despidieron a Jordan no porque no hubiese vendido entradas sino porque no pudo resucitar al equipo ni dentro ni fuera del campo y lo dejó más dividido y sin ningún tipo de proyección de futuro.

El dueño del equipo, Abe Pollin, tomó la decisión después de reunirse con Jordan, que era el presidente de los Wizards antes de volver a jugar para ellos en los dos últimos años.

Aunque la decisión ya la llevaba tomada y había sido dada a conocer de manera extra oficial en varios informes periodísticos, Pollin quiso decírselo personalmente a Jordan para que comenzase a ver las nuevas opciones que tiene de trabajar con otros equipos de la NBA.

"Creo firmemente que el período de Michael con nosotros como jugador tendrá un impacto duradero sobre todo jugador de nuestra plantel, y no hay duda de que nuestros aficionados se regalaron con dos temporadas exclusivas en las que el mejor jugador del mundo completó su carrera aquí en Washington", dijo Pollin en una declaración.

Jordan, que consiguió seis títulos de liga con los Bulls de Chicago, no quiso hacer ningún comentario sobre la decisión tomada por los Wizards, pero fuentes cercanas al ex jugador admitieron que estaba preparado para recibirla y se la esperaba.

Una fuente de Wizards, que habló con la condición de no ser identificado, dijo a la agencia EFE que la decisión de Pollin se basó en tres factores que impedían la continuidad de Jordan.

Los jugadores de la plantilla no quieran que Jordan continuase como el jefe que los tenía que dirigir. El equipo, en el apartado deportivo, hay ido a menos bajo la dirección y aportación de la ex súper estrella y las relaciones con los directivos del equipo tampoco era buena.

Pollin y su grupo de asesores se decidieron por el despido de Jordan ante la fuerte oposición que encontraron dentro de los jugadores, que sólo tuvieron comentarios negativos para el trato que recibieron por parte de el ex compañero y presidente de operaciones.

La marcha de Jordan también puede abrir la puerta para que el entrenador Doug Collins, que fue su elegido, y al que los jugadores tampoco quieren, deje el cargo.

El único éxito de Jordan con los Wizards fue el darles una fama y publicidad que nunca antes habían tenido para convertirlos en el centro de atención de la NBA, sin que su potencial deportivo lo justificase.

Jordan puso a los Wizards en el mapa deportivo cuando fue contratado en enero del 2000, pero sus medidas ejecutivas no levantaron la franquicia.

El equipo tiene una marca perdedora de 110-179 desde que entró a formar parte del cuadro de directivos y que siempre ejerció aunque volviese a jugar.

Tampoco fueron buenos los últimos meses como jugador cuando se dedicó a criticar con dureza al resto de sus compañeros a los que acusaba al final de cada partido de ser los culpables de las derrotas por no poner "demasiado" esfuerzo en el campo.

Jordan y sus compañeros se estaban lanzando críticas entre sí mientras el equipo terminaba la temporada con marca negativa de 37-45 por segundo año consecutivo, una vez más sin entrar en la fase final.

Los jugadores criticaban públicamente a Collins, y el entrenador los acusaba de faltarle el respeto.

Versiones recientes que aparecieron en el "New York Times" y el "Washington Post" mencionaron la existencia de un enfrentamiento entre el grupo que apoya a Pollin y el que deseaba que continuase Jordan.

Mientras, otras fuentes periodísticas informaron que Jordan habló con Robert Johnson, su amigo y dueño del nuevo equipo de Charlotte, para valorar la posibilidad de integrarse en su organización.