Todo listo para inicio del Mundial

Por primera vez en la historia, Estados Unidos será el anfitrión del torneo que reune a los 16 mejores países del mundo

TODO LISTO: El Conseco Fieldhouse ya está casi pronto para ser sede del Mundial de Básquetbol.
INDIANAPOLIS -- Indianápolis, la cuna del baloncesto estadounidense, levantará el jueves el telón del primer Mundial del siglo ante las dieciséis mejores selecciones del planeta, en su mayoría americanas y europeas, reunidas en torno a dos grandiosos pabellones para participar en un campeonato que los Estados Unidos jamás habían disputado como país organizador.

La tierra natal de los míticos 'Hoosiers', el equipo de la Universidad de Indiana, y del legendario Larry Bird albergará el torneo en el impresionante Conseco Fieldhouse, cancha de juego de los Pacers, y en el RCA Dome, el estadio de los Colts, el equipo de fútbol americano de la duodécima ciudad más grande de la nación, con más de 1,5 millones de habitantes y profundas raíces en el deporte, sobre todo en el baloncesto y las carreras de coches (las 500 millas).

Esta metrópoli del medio oeste, conocida como 'la encrucijada de América' por la intersección de cinco grandes autopistas interestatales, será el escenario que hará sufrir y disfrutar a seis selecciones americanas (Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, Puerto Rico y Venezuela), cinco europeas (Yugoslavia, Turquía, España, Alemania y Rusia), dos africanas (Angola y Argelia), otras tantas asiáticas (China y Líbano) y una oceánica (Nueva Zelanda).

Sólo un par de ellas alcanzarán la gran final del próximo 8 de septiembre sobre el parqué del Conseco Fieldhouse, que a partir de los cuartos de final se convertirá en sede única del torneo que, además de encumbrar al nuevo rey del planeta, decidirá cuantas plazas olímpicas corresponden a cada continente en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

La selección que conquiste el oro en Indianápolis, el organizador de los Juegos (Grecia) y los ganadores de los respectivos campeonatos continentales del próximo año tienen plaza asegurada en Atenas, pero todavía faltan por designar cinco puestos que se adjudicarán a cada zona continental en función de la clasificación final de este Mundial.

El sistema de competición del torneo dejará fuera de la lucha por las medallas a los últimos clasificados de cada uno de los cuatro grupos de la primera fase, compuestos por Yugoslavia, España, Canadá y Angola en el A; Brasil, Turquía, Puerto Rico y Líbano en el B; Estados Unidos, Alemania, China y Argelia en el C; y Argentina, Rusia, Nueva Zelanda y Venezuela en el D.

Los tres restantes conjuntos de cada grupo accederán a la segunda fase para formar dos nuevos bloques de seis selecciones en los que valdrán los resultados obtenidos en la ronda inicial. Cada equipo jugará tres encuentros (los combinados que han compartido bloque no vuelven a enfrentarse entre sí) y los cuatro primeros accederán, a partir del 5 de septiembre, a las eliminatorias por el podio.

La selección anfitriona, dirigida por el técnico de los Bucks de Milwaukee, George Karl, uno de los entrenadores mejor pagados del mundo, es la favorita indiscutible para el título tras el fiasco del anterior Mundial, el de Atenas'98, donde Estados Unidos tuvo que comparecer sin sus profesionales por el cierre patronal de la NBA y acabó relegada al tercer puesto en favor de Yugoslavia, que sumó su cuarta medalla de oro frente a Rusia.

El desafío para los norteamericanos es grande. Juegan en casa, su última aparición internacional, en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, estuvo a punto de costarles la primera derrota de sus jugadores NBA y, pese a todo, en el equipo no juega ninguna de las grandes estrellas profesionales como Shaquille O'Neal o Kobe Bryant, que han mostrado un desinterés absoluto y han forzado a la Federación estadounidense a formar un bloque de egos menos pronunciados.

Yugoslavia representa, en opinión de muchos expertos, el mayor peligro que Karl y sus hombres pueden encontrarse sobre la cancha. Entre otras cosas porque los actuales campeones cuentan con algunos de los mejores baloncestistas del continente europeo, caso de Dejan Bodiroga, y destacados referentes en la NBA como el alero de los Kings de Sacramento Predrag Stojakovic.

De hecho, la proliferación de jugadores procedentes de otros países que desarrollan sus carreras en la NBA es casi un denominador común. Desde el deslumbrante 'debutante del año' en la última temporada, Pau Gasol, hasta el número uno del último sorteo colegial ('draft'), el chino Yao Ming, con casi 2,30 metros, que hace pocos días anotó once puntos, cogió trece rebotes y colocó seis tapones en un amistoso contra el mismísimo equipo estadounidense.

Algo se mueve bajo los aros continentales y el Mundial dejará constancia de ello. Líbano, medalla de plata asiática por detrás de China, es una de las grandes sorpresas tras apear del torneo a dos potencias vecina, Japón y Corea. Otro tanto sucede con Nueva Zelanda, que por primera vez en la historia ha dejado en casa a Australia, con la que había perdido 36 de los 37 partidos disputados por ambos conjuntos desde 1971.

Tampoco sería una sorpresa que una selección suramericana volase alto, en especial Argentina, relanzada por el éxito de hombres como Emanuel Ginobili (Kinder Bolonia -ITA-) y Fabrizio Oberto (Tau Vitoria -ESP-) en las ligas europeas, y también Puerto Rico, donde aún late con fuerza el corazón del inigualable José 'Piculín' Ortiz, todo un ejemplo del carácter y la fuerza que a partir del jueves correrá por las venas del baloncesto mundial.

-EFE


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