Castilla en la mira

Luego de experimentar un declive el año pasado por una lesión en su muñeca derecha, el tercera base de Oaxaca está obligado a rendir lo que de él esperan, o tendrá que ceder su posición a Mark DeRosa

CASTILLA: "En México el béisbol es un deporte secundario. El fútbol es el deporte rey" (AP)
KISSIMMEE, Florida - Vinicio Castilla asegura que está recuperado de una lesión en su muñeca derecha que mermó su bateo el año pasado y que desea responderle una vez por todas este año a los Bravos de Atlanta.

"Me siento bien tras un año en que tuve bastante problemas con la muñeca y mi bateo", dijo el antesalista mexicano a la AP, previo a un partido de exhibición ante los Dodgers. "Todos queremos ver otra vez a los Bravos en la postemporada".

Castilla regresó el año pasado en medio de grandes expectativas a los Bravos, con los que subió a las mayores en 1991.

A diferencia del 2002, el mexicano no puede decir ahora que tiene su puesto garantizado en la tercera base un ciento por ciento.

Su flojo bateo el año pasado intranquilizó a los Bravos, que también están dándole oportunidad en la antesala a Mark DeRosa.

"Yo estoy trabajando duro en la pretemporada. Me siento mejor y eso es lo importante", manifestó el mexicano, al preguntársele respecto a la puja que tiene con DeRosa, de 27 años.

Si los Bravos utilizaran los números mostrados hasta ahora por ambos en la pretemporada primaveral para decidir la titularidad DeRosa tendría una leve ventaja, ya ostenta mejor promedio.

Castilla, de 35 años, tiene un deseo grande de satisfacer una vez por todas a un club que aprecia y con el que dio sus primeros pasos en las mayores.

En sus dos breves apariciones con Atlanta en 1991 y 1992, el mexicano no tuvo tiempo para demostrar nada con el bate. Al año siguiente pasó a Colorado, con el que tuvo cuatro temporadas seguidas (95-98) bateando sobre 300, conectando jonrones a granel y superando la barrera de las 100 carreras impulsadas.

Entre el 2000 y el arranque del 2001 registró un bajón jugando para Tampa Bay, pero se recobró éste último año al pasar a Houston.

Castilla se sintió feliz al ser firmado nuevamente por los Bravos.

Jugó casi toda la temporada del 2002 y satisfizo con el guante, pero terminó con un paupérrimo promedio de 232, con 12 jonrones y 61 carreras impulsadas.

Castilla explicó a la AP que su molestia en la muñeca no le afectó para tirar a primera base, pero que sí le quitó solidez a sus batazos.

"Yo pensaba empujar 100 carreras, pero lastimosamente no se pudo", expresó el mexicano, oriundo de Oaxaca. Pero "gracias a Dios el equipo tuvo un gran año y no me sentí tan mal".

Si bien no hizo estragos con el madero, Castilla demostró que hay pocos como él con el guante: apenas cometió seis errores y tuvo un promedio de fildeo de .982.

"Todos menosprecian la defensa", afirmó el mánager Bobby Cox. "Ganamos 101 partidos. Sin él, la cifra hubiese sido de 91 ó 92".

Pero los Bravos saben que deben mejorar sustancialmente en cuanto a la producción ofensiva en esa esquina.

DeRosa no es un bateador de largo metraje, pero de todas formas los Bravos están entusiasmados con su potencial.

El promedio de slugging de DeRosa fue de 429, mientras que el de Castilla fue de 348, el más débil en la alineación titular de Atlanta.

Castilla, inclusive, se pasó tres meses sin conectar un jonrón, es decir un lapso de 256 viajes al plato, el peor bache de su carrera.

Todo se lo achaca a la molestia en la muñeca. "Antes de lastimarme el año pasado, estaba teniendo una buena temporada", manifestó. "Después de la lesión no tuve el tiempo apropiado para recuperarme porque tenía que lanzarme para atrapar roletas y me golpeaba la muñeca".

-AP

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