El Jefe y Torre continúan su novela

Ni siquiera el mejor arranque en la historia de los Yankees, anales que celebran esta campaña su aniversario 100, ha podido detener la controversia entre el mánager y el dueño por el caso de José Contreras

NUEVA YORK - Un arranque de temporada de novela --de hecho, el mejor de su historia-- debería tener a los Yankees saltando de alegría. Sin embargo, súbitamente han estallado tensiones entre Joe Torre y George Steinbrenner y el equipo atraviesa por un momento de incertidumbre.

Steinbrenner, propietario de la novena, se hizo famoso por sus enfrentamientos con los pilotos. Pero esas batallas eran una cosa del pasado desde que Torre asumió la conducción en 1996. Lo llamativo es que este enfrentamiento se produce a pesar de que el equipo tiene marca de 16-3 y sus abridores están 14-0, algo que no se veía desde 1900 en las Grandes Ligas.

Steinbrenner se peleó cotidianamente con sus primeros 13 mánagers. Pero todo cambió con la llegada de Torre, bajo cuya conducción reinó la paz y los Yankees ganaron cuatro campeonatos.

La racha en que Steinbrenner no se metió en el manejo del equipo llegó a su fin durante el fin de semana, cuando propietario y piloto chocaron en torno a la decisión de Torre de enviar al pitcher cubano José Contreras a las menores.

"Es algo que uno no olvida fácilmente. Ya lo superé. Pero no puedo actuar como si no hubiese pasado nada", afirmó Torre. Steinbrenner ha tenido batallas feroces con sus técnicos.

Despidió cinco veces a Billy Martin y en dos ocasiones a Lou Piniella y Bob Lemon. También se deshizo de Dick Howser, luego de una temporada en la que los Yankees ganaron 103 partidos.

Torre quería que Contreras fuese al Columbus de la Triple A, y no ocultó su sorpresa cuando se enteró que Steinbrenner lo envió al complejo de las ligas menores en Tampa, Florida.

Torre estimó que lo había hecho quedar mal ante los jugadores, con quienes siempre ha tratado de ser honesto. "Resulta que ahora soy un mentiroso. Y esto no me gusta nada", manifestó el piloto.

El matutino Daily News informó el martes que ejecutivos de la novena no identificados estiman que el responsable de este entredicho es el coordinador de lanzadores Billy Connors.

Cuando se le preguntó a Torre si había tensiones entre los ejecutivos Yankees de Nueva York y Tampa, el piloto respondió: "Todo es distinto cuando opina demasiado gente. Hay que hablarle con una sola voz a los jugadores".

Otros dos diarios, Newsday y el New York Times, indicaron el martes que el gerente general de los Yankees Brian Cashman declaró que la decisión de enviar a Contreras a Tampa la tomó el ejecutivo Gordon Blakeley.

"Me dijo que lo enviaría (a Contreras) de Columbus a Tampa. Gordon fue quien tomó la decisión", expresó Cashman a Newsday.

Torre tuvo un éxito inmediato con los Yankees y parecía estar más allá de estos escándalos que caracterizaban a la novena. En su primer año el equipo salió campeón y dio nacimiento a una verdadera dinastía.

Con Torre en el timón, los Yankees ganaron otras tres series mundiales, las de 1998, 1999 y el 2000. En determinado lapso triunfaron en 14 partidos de la serie mundial seguidos.

Está en el segundo año de un contrato por tres temporadas y 16 millones de dólares y acaba de apuntarse su triunfo número 700, que lo coloca séptimo en la lista de mánagers más exitosos de todos los tiempos con los Yankees.

"No temo por mi puesto. Aquí tengo más seguridad que la que nunca había tenido. Si me preocupase por el trabajo, no podría funcionar", dijo Torre.

Los Yankees, sin embargo, no ganaron la serie mundial en los dos últimos años y Steinbrenner comenzó a ponerse impaciente.

Durante el receso invernal criticó a algunos colaboradores de Torre y eso no le gustó al piloto. Luego cuestionó al paracorto Derek Jeter y ello causó otro roce fuerte con Torre.

El piloto trata de evitar los escándalos y quiso ser diplomático luego del incidente relacionado con Contreras.

"Estoy enojado, pero soy respetuoso. Uno dice lo que piensa, pero sin causar demasiado revuelo", manifestó.

Resta por verse si la sangre llega al río en esta ocasión.

-AP

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