Caras nuevas después de la cirugía

El finlandés Kimi Räikkonen ganó por primera vez en Fórmula Uno, en un Gran Premio de Malasia que mostró el efecto de los cambios reglamentarios. Hubo, otra vez, roces, toques, errores que determinaron el resultado y ganadores imprevistos

UN DÍA INOLVIDABLE:
El finlandés Kimi Räikkonen festejando su primera conquista en la Fórmula Uno.
(AP)
BUENOS AIRES -- ¿Será cierto, nomás? ¿Todo habrá cambiado para siempre con las modificaciones de última hora que la Federation International de'l Automobile introdujo en el Campeonato Mundial de Fórmula Uno? La realidad, ante los ojos del mundo que pedía entretenimiento, cae pesada, incontrastable. Cómo desmentirla. Mejor, intentar explicarla.

Dos corridas, Australia y Malasia, dos ganadas por McLaren, el tercer auto del Mundial 2002 que, reciclado y a la espera del modelo 2003 aún no presentado, aparece más eficiente que su original del año pasado. Segunda del año, Gran Premio de Malasia en el calor soporífero y la humedad atormentadora de Sepang, y tercera oportunidad de victoria para Kimi Räikkonen que fue la vencida.

Sólido y efectivo. Aplastante en algunos tramos de las 56 vueltas al circuito más moderno del almanaque mundialista, el sustituto de Mika Häkkinen en McLaren fue una copia fiel -con estilo propio- de su compatriota finlandés retirado a fines de 2001. En su 36° Gran Premio, Räikkonen cobró la deuda de Francia 2002 (el día de la consagración de Michael Schumacher como quíntuple campeón) y Australia 2003.

En Magny-Cours, Räikkonen había perdido la carrera en el último giro luego de despistarse al pisar una mancha de aceite y se la sirvió a Schumacher. En la fecha anterior, en las calles de Melbourne, se le escapó porque en una parada en boxes excedió en 1,1 km/h el límite de 80 previsto para transitar por la zona de garages. En Malasia no hubo patinadas. Sí, en cambio, la ejecución de una prolija estrategia de boxes que acompañada por el buen ritmo de Kimi le permitió despojarse de las amenazas de Ferrari y Renault.

LICENCIA PARA GANAR
Descubierto por el suizo Peter Sauber en la escuela de la Fórmula Renault Europea, Räikkonen dio uno de los saltos más altos recordados en la historia del automovilismo. Directo a Fórmula Uno. Sus antecedentes cuando fue presentado como aspirante a la superlicencia que entrega la FIA para competir en el Mundial, constaba de 23 carreras de autos. Nada más. El abogado inglés Max Mosley, presidente de la FIA, se negaba a concederle el permiso.

La insistencia de Sauber y el efectivo cumplimiento de los requisitos de seguridad y buen rendimiento en las pruebas de pretemporada le permitieron una licencia por tres carreras, sujeta al desempeño del novato en esos Grandes Premios para ser renovada. En Australia 2001, el debut, Räikkonen llegó sexto con Sauber. Estreno con puntos.

Al año siguiente, McLaren lo reclutó para sustituir al bicampeón Häkkinen. En Malasia 2003, Kimi (23 años y 157 días) se convirtió en el cuarto ganador más joven de la historia de la Fórmula Uno, detrás del estadounidense Troy Ruttman, el neocelandés Bruce McLaren y el belga Jacky Ickx. Este Räikkonen es un triunfador más precoz, incluso, que Emerson Fittipaldi (el campeón más joven de la historia) y Michael Schumacher (segundo en ese rubro).

PERMISO PARA PASAR
La lluvia no fue excusa porque el cielo malayo, a diferencia del australiano, no descargó más que sol durante el fin de semana. Sí, en cambio, la modificación reglamentaria modelo 2003 de largar la competencia con el auto como terminó la clasificación, sin cambiar gomas ni cargar o descargar combustible. Esa es la clave.

Igual, ganó McLaren, perdió Ferrari, Williams peleó poco y el diablo desplazó a los que más saben por viejos. Arriba los de abajo. Los nominados para ser segundos de los más expertos -Räikkonen, Rubens Barrichello y Fernando Alonso- poblaron un podio malayo en el que por primera vez no estuvo Michael Schumacher.

Fue en la segunda curva, un viraje lento a la derecha, a poco más de 90 km/h, donde se definió buena parte de la carrera. Con Alonso, español, asturiano de 21 años -sorprendente autor de la pole position en tiempos en los que la clasificación está más ligada que nunca al ritmo de la carrera-, cómodo en la punta, el resto se apiló.

Schumacher, el mayor, creyó ver un hueco más grande que el que la realidad abría delante suyo e intentó cobrar la deuda de la clasificación con intereses: quiso controlar a David Coulthard, que lo apuraba por la derecha, y ganarle a Jarno Trulli, que encaraba desacamodado la segunda curva. El campeón tocó al italiano (falta que esta vez sí fue castigada con una pasada por boxes), obligó al Renault a hacer un trompo y debió esquivarlo por la tierra.

Schumi y su compañero Barrichello perdieron tiempo viajando por la banquina. El alemán, además, fue penalizado y luego debió volver a boxes para cambiar la trompa que había resultado dañada. El brasileño pagó caro su demora para salir del entrevero y luego no hubo estrategia -dos paradas para la mayoría- que lo hiciera cazar al McLaren. El otro MP4/17, el de Coulthard, ganador en Australia, se quedó en la segunda vuelta, mientras Trulli -había largado en primera fila por tercera vez en su campaña- intentaba recuperar el terreno perdido y el colombiano Juan Pablo Montoya -tocado por Antonio Pizzonia en la revuelta- perdía dos vueltas y media mientras le montaban un nuevo alerón trasero.

El ritmo sostenido de Räikkonen, el buen equilibrio que McLaren encontró para la carrera y el rendimiento de los neumáticos Michelin cuando el calor abraza permitieron que el ganador se sacara de encima al novato Alonso, cuyo Renault mostró el límite más temprano pero le permitió al joven español darse el gusto de encabezar un Gran Premio durante 14 vueltas y terminar en el podio pese a una fiebre de 38 grados que lo afectó antes de la carrera.

De a poco, despojándose de las circunstancias, la Fórmula Uno muestra la cara que le dejaron las cirugías sin anestesia practicadas poco antes de que comenzara el 54° Campeonato Mundial. Y no está tan mal.

MARTÍN URRUTY es periodista especializado en automovilismo desde 1993. Trabajó en el diario Clarín y en Radio Rivadavia y fue co-autor del libro "Formula 1 -50 años- La eterna pasión". Actualmente es redactor del diario deportivo Olé, y además es de columnista del SportsCenter Latino de ESPN, de ESPN Radio en Rivadavia y de ESPNdeportes.com.

 ENVÍALO | MÁS ENVIADOS

Fórmula Uno
Fórmula Uno
McLaren vuelve a ganar ahora con Raikkonen
Fórmula Uno
Clasificación del Gran Premio de Malasia
domingo, 23 de marzo