"El equipo de Brasil jugó y luchó cada punto como si fuese el último. Hicimos un voleibol espectacular y fuimos un justo ganador porque nos enfrentamos a contra los mejores y ganamos a todos", resaltó Bernardinho.

El técnico sudamericano confesó que sentía "una sensación especial". "Con la selección femenina he estado, en varias ocasiones, a las puertas de conseguir el título mundial. Ahora, que ya lo tengo, todavía no puedo explicar lo que siento", subrayó.

Para Bernardinho, la diferencia que existe hoy en día entre las mejores selecciones del mundo "es muy pequeña". "La prueba está en que muchos partidos se definieron por sólo uno o dos puntos", explicó.

"La diferencia entre Brasil y el resto es que nosotros tenemos un grupo muy completo, con muchos recambios y supimos aprovechar muy bien nuestras virtudes: el juego rápido y las individualidades. Sé que en bloqueo no somos los mejores, porque nos falta altura, pero cubrimos ésa deficiencia con el resto", prosiguió.

Según reveló Bernardinho, la actitud de uno de sus jugadores: Giovane Gavio, había sido premonitoria.

"Después del entrenamiento del domingo por la mañana, Giovane se quedó ejercitando el saque. Cuando le pregunté qué hacía me contestó: 'estoy preparando el saque del tanto 23 al 24'. Giovane no sacó en ese punto, pero sí en el 13-14 del quinto set", relató.