Real Madrid derrotó 3-2 a Rayo con doblete de Cristiano Ronaldo

MADRID (Paola Núñez/Corresponsal) -- Dos goles de Cristiano Ronaldo, que lo colocan como líder en la carrera por el Pichichi y uno de Benzema dieron la victoria por 3-2 al Real Madrid sobre el Rayo Vallecano, que descontó con dos tiros penales de Jonathan Vieira. Una victoria accidentada del Madrid, que llegó a tener una ventaja de 3-0 y terminó pidiendo la hora.

Al minuto tres de juego, Cristiano Ronaldo culminó una contra exhibiendo las carencias defensivas de los locales. El jugador merengue se llevó a Gálvez por la izquierda para disparar al ángulo sin que Nacho pudiera llegar a atravesarse a tiempo. El gol del portugués se antojaba como preludio de un festín de los visitantes. Pero era el campo de Vallecas, que jamás ha sentado bien al vecino rico de Chamartín.

Pocos recursos le quedan al Rayo Vallecano, que hizo frente al partido con hasta cinco ausencias por lesión, incluido el mexicano Nery Castillo. Aún así, el técnico Paco Jémez se negó a renunciar al estilo valiente de su equipo.

En el Madrid, Ancelotti dio descanso a Sami Khedira y mandó a Angel Di María a acompañar a Xabi Alonso en el pivote, mientras Modric se hacía cargo de la media punta, dando más solidez en el centro del campo merengue.

El Madrid batallaba por acomodarse, sobre todo en ataque. Los tres hombres de adelante, Gareth Bale, Karim Benzema y Cristiano Ronaldo se intercambiaban de posición constantemente mientras Angel Di María intentaba abrirse camino por el centro. El Rayo, mientras, los contenía como podía. Al 23', Cristiano Ronaldo volvió a amenazar. Lo hizo desde la banda derecha, con un disparo que fue a las manos de Rubén.

En el Rayo, funcionaba Lass, que en varias ocasiones ganó la espalda a Fabio Coentrao para centrar. El problema, el de siempre: no había quien rematara y cuando por fin conectó con Falqué, el árbitro marcó fuera de lugar de Viera anulando el gol.

Poco después, al 29', Karim Benzema duplicó la ventaja visitante con un cabezazo a un centro cruzado de Gareth Bale. El ánimo del Rayo pareció decaer, pero Lass seguía intentando por la banda de Coentrao, quien antes de que terminara la primera mitad salió lesionado. Había aguantado más de 20 minutos después de torcerse el tobillo en un salto, pero no pudo más. Jémez también tuvo que modificar. Adrián, con una lesión muscular, dejó su lugar a Alberto Bueno.

Apenas reiniciada la segunda parte, cuando Cristiano Ronaldo y Gareth Bale se combinaron para el 3-0. En un pase precisio del '11' que remató el portugués sorprendiendo a la defensa local. Parecía la estocada final.

Jémez decidió entonces jugárselo todo mandando a Joaquín Larrivey al campo por el defensa Arbilla. Y entonces, el Rayo revivió. En dos minutos, al 7 y 9 de la segunda parte, Jonathan Viera recortó distancias con dos tiros desde el punto penal, el primero después de que fuera derribado por Pepe dentro del área cuando lo había exhibido con un sombrero, y el segundo, después de un empujón de Marcelo a Alberto Bueno.

Para el minuto 15 de la segunda mitad, el Rayo era el dueño de la situación; tuvieron llegada tras llegada y estrellaron el balón en el poste al menos tres veces. Con el marcador 3-2 y el Rayo envalentonado, Ancelotti, que ya había sacado a Xabi Alonso para el inicio de la segunda mitad, modificó su defensa, mandando al campo a Arbeloa por Carvajal, pues le acababan de perdonar una roja por un fuerte golpe a Falqué.

El cuadro merengue, desesperado. No entendían cómo habían perdido una apacible ventaja de 0-3 en tan poco tiempo. Justo el detalle que tanto ruido le hizo a Ancelotti del último encuentro ante Sevilla. Las llegadas, sin embargo, seguían siendo de los locales. Después de tener a Xabi Alonso en los controles durante 45 minutos, su ausencia en la segunda mitad se hizo demasiado evidente pues el juego de los blancos, por el centro, quedó roto.

El equipo se había reacomodado y Di María se tiró a una banda dejando a Modric e Illarra en el centro del campo mientras Bale y Cristiano se intercambiaban en la media punta, pero ni así pudieron volverse a acercar a Rubén con algo de peligro.