Lanús empató con O'Higgins y así se metió en octavos de final

SANTIAGO DE CHILE (EFE) -- Lanús, de Argentina, se clasificó a los octavos de final de la Copa Libertadores al empatar sin goles en la cancha del O'Higgins chileno, que terminó en el penúltimo puesto del Grupo 3 con los mismos puntos del colista, el Deportivo Cali colombiano.

Cerro Porteño dominó la llave con diez puntos y Lanús, campeón de la pasada Copa Sudamericana, le escoltó con ocho rumbo a la fase de los 16 mejores.

En un duelo marcado por la urgencia del dueño de casa de anotar para poder clasificarse, la superioridad fue evidente en el primer tiempo pero sin pólvora para romper el equilibrio. En el segundo período los locales bajaron su nivel de juego y desperdiciaron un penalti gracias a la felina intervención del arquero Agustín Marchesín.

Fue toda una muralla Marchesín entre los tres palos. En el primer cuarto de hora Carlos Araujo se enfrascó en un rifirrafe con Mariano Uglessich, al que soltó un puñetazo en pleno rostro, un situación que pasó inadvertida por el colegiado brasileño Wilton Sampaio.

Tras esa incidencia O'Higgins estuvo a punto de anotar después de un espectacular zapatazo de Gonzalo Barriga que alcanzó a sacar un defensor cuando Marchesín ya nada tenía que hacer.

Pese a ser el último campeón de la Copa Sudamericana, Lanús mostró muy poco en el primer tiempo, salvo su arquero, que terminó como protagonista del partido.

En el segundo tiempo Lanús mantuvo su esquema defensivo, aunque esta vez llegó con varios contragolpes al arco de Paulo Garcés.

El local tuvo la clasificación en los pies de Pablo Calandria. El penal derivó de la mano al balón que Leandro Somoza metió en el área. El árbitro brasileño Wilton Sampaio sancionó el penalti a los 84 minutos pero el remate defectuoso fue contenido con seguridad por Marchesín.

Fue la última oportunidad para O'Higgins. Después llegaron las expulsiones del uruguayo Santiago Silva y Pablo Hernández pero Lanús, dirigido por los hermanos Guillermo y Gustavo Barros Schelotto, tenía fuerza para aguantar.

Este partido de la sexta y última jornada del Grupo 3 de la Copa Libertadores se jugó en el remodelado estadio El Teniente, de Rancagua, con una asistencia de 11.000 espectadores.