Triunfo del Atlético ante Deportivo empañado por la violencia

MADRID (Paola Núñez, corresponsal) -- Atlético de Madrid venció por 2-0 al Deportivo la Coruña en un partido que se vio empañado por los graves sucesos acontecidos en las inmediaciones al Vicente Calderón esta mañana. En un ambiente enrarecido por un tenso silencio inició el partido de mediodía que estuvo muy cerca de ser suspendido luego de que un aficionado del Deportivo La Coruña resultara gravemente herido y fuera ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital madrileño tras una refriega entre grupos ultras de ambos clubes. Más tarde se confirmó su muerte.

Aunque titubeantes, los rojiblancos comenzaron pronto sus acercamientos al área de Fabricio. Mandzukic tuvo un par de oportunidades antes de que Saúl, quien jugaba en lugar del suspendido Gabi, diera el primer susto al Depor, que se salvó por una confusión en el área. Poco después, el técnico Víctor Fernández se vio forzado a cambiar sus planes cuando Juanfran salió lesionado tras un choque con Saúl dando entrada a Laure.

El cambio, no obstante, fortaleció el aparato defensivo de los visitantes, y el Atlético sufrió lo indecible para poder crear ocasiones de gol; esta vez, ni siquiera el eficaz dominio por las bandas parecía dar resultado. Una y otra vez el turco, por derecha, y Koke, por izquierda, intentaban poner balones al centro para que Mandzukic definiera. Y una y otra vez, la defensa cortaba sus jugadas, o bien, Fabricio ponía orden, sobre todo en los centros de Koke.

Ya en los últimos minutos de la primera parte, cuando más trabado estaba el partido, Atlético de Madrid se salió con la suya, como de costumbre, en una jugada a balón parado con la fórmula habitual: cobro de esquina de Koke, prolongación de cabeza de Mandzukic y remate de Saúl.

Atlético de Madrid volvió del vestidor con más energía y dispuesto a sentenciar, algo que los hombres más decisivos del cuadro rojiblanco, Arda y Koke, tardaron 10 minutos en hacer cuando en un rechace de Fabricio al centro del español, Turan pescó el balón frente al área para poner el 2-0 con un fuerte disparo.

Ahí dejó de poner resistencia el Deportivo, mientras en el Atlético, Simeone consideró que era hora de empezar refrescar el ataque enviando a sus tres reservas ofensivas al campo: Raúl Jiménez, Cristian Rodríguez y Alessio Cerci en lugar de Mandzukic, Saúl y Griezmann.

El ambiente lúgubre de las gradas, que por momentos se animaban para aplaudir alguna jugada de los rojiblancos y celebrar los goles, se extendió al campo; y el partido se tornó pastos y lento pese a la actitud de los atacantes rojiblancos de quererse ganar un lugar. Raúl Jiménez, muy solo al frente, había de vérselas con hasta tres defensas gallegos al mismo tiempo; Cerci, por más que intentaba acelerar por banda y servir al centro, veía sus escapadas frustradas.

La grada, de nuevo en un sepulcral silencio, se fue dispersando poco a poco. En la megafonía del estadio una voz pidió a los aficionados del Deportivo que permanecieran en sus lugares para ser escoltados por las fuerzas de seguridad. De nuevo un silencio incómodo tan sólo roto por los aficionados del Depor que acusaban a la hinchada local al grito de "¡Asesinos!" ganándose una rechifla. Para entonces, poca atención se ponía ya en lo que ocurría en la cancha, donde los 22 jugadores no veían la hora en que el árbitro pitara ya el final.