Universidad de Guadalajara rescata empate en casa ante Pachuca

Mexsport

GUADALAJARA (ESPN.com.mx) -- El sufrimiento se vive al máximo. Es el precio que hay que pagar por no haber sumado los puntos necesarios para llegar a este momento ya con la salvación en la mano. Leones Negros no sabe vivir de otra manera. Siempre está al límite, al borde del infarto. Contra Pachuca no fue la excepción y apenas alcanzó para un empate a un gol y tener la permanencia en duda.

La U. de G. ha tenido la salvación en sus propias manos, pero no ha sabido qué hacer con ello. Las victorias no llegan, los goles son escasos, las emociones están al límite y la vida está en juego. Cada fin de semana es lo mismo y ahora a pesar de haberse medido a unos Tuzos que lucharon con 10 hombres gran parte del segundo tiempo, pensar en los tres puntos resultó un mero sueño que no se convirtió en realidad.

El problema fue el de siempre: la escasez de goles. Si no es Fidel Martínez difícilmente aparece alguien más. Cada jornada parece que Fidel es el único que sabe resolver de cara al arco rival. Los demás o dan con los postes o regalan el balón al portero rival. Para no variar, Martínez justamente fue el autor de un gol de mera angustia que empató los cartones ya en el segundo tiempo, cuando la desesperación empezaba a llegar.

El primer tiempo pareció desperdiciado. Tanto por lo que se dejó de hacer, como por lo que consiguió Pachuca, que se adelantó en el marcador apenas a los 19 minutos tras un gol de Erick Gutiérrez. Sin hacer mucho, los Tuzos ya estaban arriba en el electrónico. Simplemente supieron aprovechar su oportunidad y hacer valer la fortaleza en defensa.

El conjunto de la U. de G., en tanto, lucía desconcertado, confundido y frustrado. Había que reacomodar ideas, enfriar la cabeza y empezar de nuevo. El tiempo ya empezaba a ser rival con el paso de los minutos.

Para el complemento, las palabras de Alfonso Sosa sirvieron para que Leones sacara su faceta más feroz. Desde los primeros minutos los embates fueron constantes, sin tregua. Siempre por las bandas, la de U. de G. quería llegar al centro y dar con las redes. El problema fue que se topó con los postes y las manos de Óscar Pérez.

Aquivaldo Mosquera salió expulsado al minuto 64 y el empate ya lucía todavía más como una obligación mínima. La respuesta llegó gracias a Fidel Martínez, que aprovechó una asistencia de Anangonó y la igualdad de condiciones fue toda una realidad, luego del esfuerzo mostrado.

La insistencia por conseguir la victoria continuó y el empate parecía poco, sobre todo si se considera que Leones jugaba con un hombre más. Las llegadas siguieron, pero la suerte fue la misma que antes del gol de Martínez. Si no era Fidel, parece que nadie más sabe hacerlo. La igualdad no cambió más y la salvación seguirá a la espera, todavía en mera disputa, con tres jornadas por jugarse.