Barcelona cierra con oficio su pase a la final de la Copa del Rey

Jordi Blanco | Corresponsal

BARCELONA -- El Barça jugará su quinta final de la Copa del Rey en los últimos siete años después de liquidar en un abrir y cerrar de ojos a un Villarreal al que rompió los esquemas apenas comenzar el partido. A los 3 minutos se inventó una asistencia de genio Messi y Neymar elevó el balón sobre la tardía salida de Asenjo. Fin de la historia.

Hubo atrevimiento del submarino amarillo, tocado moralmente pero entregado a la causa, ante la especulación en ocasiones exagerada del equipo de Luis Enrique, en una primera mitad en la que hizo de la cautela su razón de ser. Ni rondo ni vértigo, el Barça tomó la tercera vía y pretendió llegar a la final caminando mientras los jugadores de Marcelino intentaban venirse arriba, robaban, corrían y remataban sin descanso sobre la portería de un Ter Stegen que, ahí es nada, tocó el balón hasta en 40 ocasiones durante los primeros 45 minutos, más que Messi o Neymar.

La justicia acudió en auxilio del Villarreal rozándose el descanso con un centro desde la derecha, donde Montoya no hizo olvidar nunca a Alves, para que Jona dos Santos rematase a placer, desmarcado y despertase la ilusión a la hinchada local. Para el Barça, sin embargo, nada pareció cambiar. Calmoso, tranquilo, sin prisas, se sabía en la final.

Con todo el descanso dio paso a un cambio de sensaciones en el segundo acto. Si el Villarreal entendió que debía jugársela a cara o cruz, el Barça comprendió que tenía que poner una marcha más a su fútbol para evitarse un susto inesperado. Ter Stegen dejó de ser el que más tocase el balón porque el equipo dio un paso adelante y el peligro comenzó a desaparecer.

Ya sin Busquets en el campo (lesionado en la jugada del gol del Villarreal tras ser pisado involuntariamente por Pina), Mascherano adelantó su posición con la entrada de Mathieu en la defensa y el dominio del equipo local se fue diluyendo, siendo menos intenso y más tranquilo para los de Luis Enrique.

Ya estaba poco menos que todo decidido y se acabó cuando Pina, excesivamente duro en acciones anteriores (por mucho que en la peor jugada, la de Busquets, no tuvo ninguna intención) realizó por detrás una entrada durísima a Neymar que provocó su expulsión. Y en esa jugada, a los 65 minutos, se acabó todo.

El Villarreal entendió la imposibilidad de soñar con la remontada, el Barça le hizo comprender todo y Suárez, poco después, concretó la eliminatoria aprovechando una asistencia de Mascherano. Para acabar la noche Neymar anotó su sexto gol en el torneo para cerrar el partido con el mismo 3-1 de la ida y el Barça sentenció el pase a su quinta final de Copa en los siete últimos años.

Con todo, la lectura se resumiría rápido: Messi necesitó 3 minutos para liquidar al Villarreal. Lo que tardó en inventarse una asistencia de oro para que Neymar marcase el 0-1 y rompiera cualquier esperanza del Submarino amarillo. Leo. Simplemente.