PSG derrumba, pero no apuntilla al Chelsea

Jordi Blanco (ESPN Digital) -- El PSG es una locomotora y el Chelsea un carro tirado por caballos. El tercer capítulo de sus enfrentamientos en la Champions comenzó con el campeón francés dándole un soberano repaso al campeón (sí, es campeón) inglés, que cayó por la mínima pudiendo hacerlo por la máxima.

El equipo de Hiddink pudo adelantarse en el marcador... Y pudo acabar al borde del precipicio. El 2-1, con Cavani en plan estelar, fue el menor castigo que pudo esperar ese equipo que demostró porque es una sombra en la Premier.

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El Chelsea perdió... Pero sobrevivió de una manera excepcional, acorralado y defendiéndose en su área, pequeña incluso, ante el asedio al que le condenó el PSG en una segunda mitad que puso en el plano la realidad certera de los dos equipos. No está disparado en la Liga francesa el grupo de Blanc porque sí ni tampoco están los blues de Stamford Bridge inmersos en una depresión vital por simple casualidad. Todo tiene una lógica.

Acostumbrado a sufrir y vivir en el alambre, el Chelsea se presentó en el duelo con mayor intensidad que un PSG relajado y al que le costó entrar en batalla. El equipo inglés llevó la batuta un buen rato y no fue hasta que Kevin Trapp le sacó una mano milagrosa a Diego Costa que despertaron los jugadores de Laurent Blanc.

La recta final del primer tiempo provocó los golpes. Obi Mikel, condenado y redimido, fue el actor principal al hacer falta y desviar el disparo de Ibrahimovic para el 1-0 del PSG a los 39 minutos. Derrumbado y señalado, la fortuna acudió en su auxilio en la última jugada de ese primer periodo, cuando a la salida de un corner que Ibra no alcanzó a rechazar remató el empate que llevó al descanso.

Después el escenario mostró una obra diametralmente distinta. Cesc perdió presencia, Hazard desapareció, Diego Costa fue una isla desierta, Pedro corrió a lo Forrest Gump en todas direcciones pero más defendiendo que atacando y el bueno de Willian no alcanzó para mantener la prestancia de un Chelsea que fue aculándose sin remedio.

Sin remedio y sin contestación posible ante la furia ofensiva de un PSG cada vez más lanzado hacia el área de Courtois, que se salvó del gol aún más veces que Trapp. Hasta que Laurent Blanc 'levantó el castigo' a Cavani.

El uruguayo entró por Lucas Moura a los 74 minutos y cuatro después, en su segunda aparición en el choque, hizo saltarlo todo por los aires. Ibra le cedió la punta y Cavani lo agradeció recogiendo una magnífica asistencia de Di María para batir a Courtois.

¿Merecido? Probablemente. O, más aún, obviamente porque fue el PSG quien más busco el triunfo y el Chelsea quien más sufrió, quiso sufrir, en defensa. Acabó siendo un equipo desalmado y defensor de una idea extraña, sin saber salir al ataque y entregando el mando desde que un Hazard desastroso se marchó en silencio dando entrada a Oscar.

El campeón francés pudo aumentar la renta y lo buscó con ánimo frente a un rival empequeñecido, más lastrado por el mal rendimiento de algunos de sus 'cracks' que por la ausencia de los Terry, Zouma o Matic.

Le queda al Chelsea la vuelta y la atmósfera de Stamford Bridge para redimirse ante los suyos y mantener en pie las esperanzas en la peor temporada que se recuerda. Pero, ciertamente, mucho deberá mejorar para expulsar de Europa a un PSG cuyo empuje se entiende un plus en la eliminatoria.