- Paulo Dybala - 7', 22'
- Giorgio Chiellini - 55'
Juventus golea al Barcelona, que vuelve a ser exhibido
TURÍN (Jordi Blanco | ESPN Digital) -- El Barcelona está, otra vez, contra las cuerdas. La Juventus tomó el papel del PSG y le arrolló en Turín, donde el 3-0 con que le derrotó invita a sospechar que se acabaron los milagros.
Lo que se vio, de entrada, una osadía de Luis Enrique (presentar una defensa de tres) se confirmó en apenas 22 minutos un suicidio. Como si no existiera mañana, como si la victoria fuera innegociable a través de un sistema enloquecedor, el Barcelona quiso ahogar a la Juventus y acabó ahogado de mala manera.
Abiertos en banda Cuadrado y Mandzukic y fijado Higuaín en la posición de '9', las transiciones defensivas del equipo azulgrana fueron un auténtico drama en una primera mitad de pesadilla, en la que los de Allegri respondieron a zambombazos el fútbol de posesión del Barça.
Cuadrado bailó a Mathieu a los 7 minutos y le regaló un pase a Dybala, solo en el balcón del área chica para que el menudo delantero argentino armase una rosca monumental que superó a Ter Stegen. Incrédula la zaga, incapaz de posicionarse, cada llegada italiana era un aviso de lo que le esperaba. Y lo que fue antes por la derecha llegó después por la izquierda.
Mandzukic dejó atrás a Sergi Roberto, levantó la cabeza y vio llegar solo a Dybala, que recién entró en el área pudo rematar como si estuviera en su casa. Tal cual le metió el 2-0 a Ter Stegen a la vez que Messi bajaba la mirada al suelo, sin dar crédito a tal locura.
A los dos goles respondió el Barça apenas con una ocasión, de oro, que Buffon le sacó a Iniesta tras el magnífico pase de Messi, pero si el equipo azulgrana intentaba jugar, el bianconero quería masacrar. "El espectáculo es ganar", avisó en la previa Allegri. Y sus hombres llevaron a rajatabla, con una ambición y hambre sin límites, la ordenanza del entrenador.
CAMBIO SIN FORTUNA
Luis Enrique recapacitó al descanso y presentó en la segunda mitad, con el 2-0 en contra, un sistema más acorde con lo esperado... Al inicio. Sacó a André Gomes por Mathieu, retrasó a Sergi Roberto e impuso una zaga de cuatro para vestirse en las bandas, con Umtiti en la izquierda.
De entrada pareció funcionar el nuevo dibujo con dos ocasiones casi seguidas de Suárez y Messi... Pero cada ataque local seguía provocando sustos y si Ter Stegen le salvó un obús a Higuaín primero, no pudo después hacer nada al cabezazo de Chiellini, quien hundió en la miseria a Mascherano a la salida de un corner.
En 55 minutos perdía el Barça por 3-0, como si Turín fuera París, con distintas sensaciones futbolísticas pero idéntico sabor amargo. Atropellado por una Juventus hambrienta de gloria y que quiere trasladar a Europa su mando inquebrantable de la Serie A. ¿Lo recuerdan? Como el PSG.
Ocurre, sin embargo, que la Juve no es el PSG. Ocurre que, de entrada, se sospecha inverosímil que Buffon pueda encajar tres goles en el Camp Nou. Ocurre que este Barcelona lleva tantos meses en el alambre que se sospecha más su caída al abismo que su ascenso a la gloria.
Su estreno en el Juventus Stadium no pudo ser más desolador y al mando de un Dybala eléctrico en la primera mitad recibió un bofetón del que habrá que ver si es capaz de recuperarse en una semana.