Ódiame (una y otra vez) más; América elimina a Cruz Azul de Copa MX

MÉXICO (Ricardo Cariño) -- Cruz Azul vive momentos bajos, horas tristes, y bajo el yugo de su rival más odiado, el América, al que no han podido derrotar en siete partidos, dos de ellas en esta campaña: en Liga, con un doloroso 1-3 en la despedida del Estadio Azul. Ahora el adiós fue en la Copa MX, donde perdieron por la mínima, sin hacer demasiado.

La Máquina fue llevada desde los primeros minutos al juego que le convenía a las Águilas. Con pases largos y futbol vertical fue como el conjunto de Paco Jémez intentó hacer frente al rival, pero cada jugada se quedó en intento, pues los celestes no tuvieron toque certero, ni puntería para encontrar puerta.

Las Águilas vivieron otra realidad; con Diego Lainez como eje de ataque, que fue un dolor de cabeza para Gerardo Flores, corriendo de arriba a abajo para tratar de detenerlo, y por la banda contraria a Renato Ibarra, los locales fueron superiores en el Azteca.

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El América supo jugar con y sin la pelota. Defendió en los momentos importantes; cada vez que tuvo el balón supo contragolpear e hizo sufrir a la zaga rival.

Pese a esto, Cruz Azul pudo abrir el marcador, exactamente a la primera media hora de juego; Edgar Méndez recibió un centro de Gerardo Flores y el español estiró la cabeza pero mandó la pelota por arriba del arco.

El visitante entonces peleó, buscó tener al adversario en el centro del campo, pero todo fue destruido cuando agonizaba la primera parte, por una polémica expulsión a Christian Giménez.

Chaco, tal vez tratando de demostrar porque saltó como capitán de Cruz Azul, fue a pelear con fuerza un balón cerca de tiro de esquina rival, muy lejos de su área y aún más de poder provocar una jugada de peligro. Su ímpetu terminó en una barrida sobre Paul Aguilar, quien al sentir el contacto se tiró y provocó una roja, tal vez excesiva, sobre Giménez.

El atacante celeste se derrumbó al ver la tarjeta, al igual que el resto del equipo, que fue metido en su área. Lainez entonces parecía un fenómeno: hizo lo que quería por la banda y los cementeros buscaron con pelotazos defender y pedirle a la casualidad generar alguna jugada de peligro. La Máquina dejó de lado el fútbol y con corazón intentó encontrar el área rival.

América entonces fue más, pero tal vez con una dosis de piedad, de aquel que sabe que tiene todo controlado, un gol le bastó. Después de un par de remates de Oribe y Pablo, que estuvieron cerca de abrir el marcador, el paraguayo convirtió de cabeza el tanto de la clasificación y quitó las esperanzas a Cruz Azul.

Con el correr de los minutos la afición celeste cayó, los cánticos se apagaron y algunos prefirieron enfilarse a la salida antes de recibir las burlas de su más odiado rival, el cual se quedó con el pase a octavos, los oles y siete partidos sin perder ante La Máquina, a la que le queda como consuelo el tener en sus manos la clasificación a la Liguilla, después de tres años sin hacerlo.