Cristiano apaga la furia española

(JORDI BLANCO) -- Cristiano Ronaldo es eso. Un competidor nato, un deportista sensacional, un crack mayúsculo. Y se presentó en el Mundial mostrando su poderío. Tuvo a España contra las cuerdas con sus dos primeros goles y, cuando ya se abrazaba la victoria hispana, con remontada enorme, puso un lanzamiento directo en la red, rozándose el final y apagando la euforia de una selección española que mereció, sobradamente, la victoria.

Y es que España, condenada por la fatalidad, tuvo que remar siempre contra corriente y reponerse a los errores de Nacho y de Gea. Jugó a la suya y a la suya remontó hasta un 2-3 que daba la sensación de definitivo. Pero no contó con que enfrente estaba Cristiano Ronaldo. El hombre del partido y, por ahora, el crack del Mundial.

EFE

España entró con mal pie en el partido. Nerviosa de entrada, Nacho la condenó, después ya de un primer error en la banda, al cometer un penalti discutible pero muy bien provocado por Cristiano Ronaldo, que dejó retratado a su compañero en el Madrid antes de engañar a De Gea.

El 1-0 atontó a la Roja (de gris claro en este debut) y reforzó la idea portuguesa, bien perpetrada en defensa y eléctrica en unas contras que pusieron de los nervios a la zaga española, hasta el punto que Jordi Alba, con Ramos y Piqué volviendo a destiempo de una jugada ofensiva, salvó una ocasión clarísima provocada por un error, otro, de Nacho.

Poco a poco recuperó sensaciones España, con más ganas que juego y hasta que un balón largo a Diego Costa desembocó en el empate fabricado por él mismo, posiblemente iniciado con falta a Pepe y consumado con un disparo raso y cruzado fantástico. El 1-1 dio paso a otro escenario... Pero si el juego ya pasó a ser dominado por España, la suerte le dio la espalda de forma cruel rozando el descanso.

Un exceso de confianza en el control de Cristiano Ronaldo la condenó con un error garrafal de De Gea en el disparo, duro pero centrado, del capitán portugués, escurriéndose el balón entre las manos del portero y provocando el 2-1 al borde del descanso.

DESPERTAR

Tocada en la moral, España se fue a los vestuarios hundida pero regresó rebelada contra su mala fortuna. Decidió la selección mantener el carácter que siempre tuvo con Lopetegui y le dejó hacer Fernando Hierro, encontrando el premio pronto, en una jugada ensayada y solventada con magnificencia, con el centro al segundo palo de Silva, el pase de cabeza de Busquets y el remate mortal, a boca de gol, de Diego Costa.

Reivindicado a lo grande el delantero del Atlético con su doblete, el 2-2 duró en el marcador un santiamén porque la selección española se convirtió en la única dueña del partido, atrapando a Portugal en su tela de araña y encontrando, rápido, el premio.

Un balón rechazado al borde del área cayó a pies de Nacho. Él, precisamente, el jugador menos acertado del partido, fue a ser quien le dio la vuelta al encuentro con un obús cruzado que fue al palo y entró para desespero luso y euforia española.

DECEPCIÓN

A partir de ahí, el equipo de Hierro ya no tuvo casi oposición y disfrutó, se gustó y empequeñeció a la campeona de Europa, dando la sensación de estar más cerca el cuarto gol hispano que el empate luso... Vana ilusión.

Ocurrió a dos minutos del final y en la jugada que más avisó evitar el entrenador español. Falta a Cristiano Ronaldo cerca del área y lanzamiento de Cristiano Ronaldo por encima de la barrera. De Gea se queda mirando el balón y éste se cuela en la portería.

Increíble. La decepción española fue tan mayúscula como la alegría portuguesa, que agarrada a la magnífica actuación de su estrella y capitán rescató un empate después de un partido sensacional. El mejor de los vistos hasta el momento y que, al fin, demostró dos cosas.

La primera es que Cristiano Ronaldo no es un futbolista al uso. Es una bestia competitiva a la que nunca, jamás, se le puede descartar.

La segunda es que España, penalizada por errores propios, demostró estar en el buen camino. Decepcionada por el empate, dio una excelente imagen que mereció mejor final.