Real Madrid avanzó sin complicaciones a cuartos de la Copa del Rey

MADRID (Paola Núñez | ESPN Digital) -- El Real Madrid salió airoso casi por inercia. El equipo 'B' aseguró el boleto a cuartos de final de la Copa del Rey gracias al 0-3 de la ida, pues en casa, y contra el Numancia de la Segunda División, no pudo pasar de un empate 2-2.

Los jóvenes que tanto reclaman más oportunidades a Zidane apenas hicieron lo necesario para seguir adelante en 'su' torneo, el de Copa del Rey.

No corrían con prisa alguna, tal vez debido a la ventaja por 0-3 sobre un rival de la Segunda División cosechada en la ida.

Real Madrid festejo contra Numancia
Real Madrid festejo contra Numancia
EFE

Un ambiente gélido imperó en el Santiago Bernabéu, que no llegó ni al 25% de ocupación. La desazón de la afición con el equipo merengue, que disputaba su primer partido en casa desde la dolorosa derrota en el clásico, no invitaba a mucho más.

Esa actitud se extendió hasta la cancha, donde un equipo liderado por Dani Carvajal, el único titular que no gozó de un lujoso descanso, hizo apenas lo suficiente por sentenciar la eliminatoria.

El Real Madrid pudo dejar el partido resuelto a los diez minutos, cuando Lucas Vázquez puso el 1-0 de un cabezazo a un centro desde la banda del lateral diestro. Pero el descuido, la desconexión entre líneas, complicaron un partido de mero 'trámite' que no debía presentar mayor problema.

Tuvieron oportunidades para sentenciar e irse al descanso sin preocupaciones, pero como si de la actual versión liguera de Cristiano Ronaldo y Karim Benzema se tratara, Lucas Vázquez y Borja Mayoral erraban un disparo tras otro para frustración de Marco Asensio, que hacía todo lo posible por abrir a la defensa de Numancia.

No parecían del todo conscientes del peligro que supone un equipo en teoría inferior que no tiene nada que perder. Los de Arrasate jamás bajaron los brazos y después de un par de amenazas, lograron irse al descanso con el 1-1 gracias a la astucia de Guillermo aprovechando esa gran debilidad del cuadro merengue para detener las jugadas al contraataque del rival y su terrible colocación.

Obligados a llevarse una victoria - más por calmar al monstruo que se empezaba a despertar en una grada semivacía que por otra cosa - los de Zidane apretaron. Los casi 20 minutos en que, nuevamente, Lucas Vázquez tardó en devolverle la ventaja a los suyos se hicieron eternos.

El Numancia, lejos de darse por muerto, presionó con mayor fuerza. Ya fuera por amor propio o dignidad, buscaron irse, al menos, con el empate. No les serviría para lograr la clasificación, pero tampoco podían hacer menos que el Fuenlabrada, que dos meses antes había caído de pie sacando el empate a los magnates de la capital.

Arrasate le tenía tomada la medida al rival, así que fue cuestión de tiempo antes de que pudieran sacar jugo del enésimo descuido grave en defensa de los merengues. Fue otra vez Guillermo, que se deshizo fácilmente de la marca para rematar un centro a modo de Saúl. La rechifla no se hizo esperar. Y ya no hubo manera de acallar la molestia de la afición. O detener la caída en picada.