Barcelona pierde el paso perfecto en Milán

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MILÁN -- (Jordi Blanco, enviado especial) -- El Barça jugará los octavos de final de la Champions... Pero deberá asegurar al menos tres puntos en las dos jornadas que restan después de que Icardi respondiera al gol de Malcom, que parecía sentenciar el triunfo en la recta final y que condujo el partido a un 1-1 definitivo que le supo a poco al equipo de Valverde.

Pudo ganar con solvencia en la primera mitad, pareció hacerlo con el gol del reaparecido Malcom en el minuto 83 tras un segundo tiempo menos claro... Y acabó lamentando un despiste defensivo que le apartó del triunfo.

Sin Messi y sin urgencias el Barça controló el primer tiempo con mucha comodidad. Más allá de cinco minutos iniciales en los que el Inter apareció como un caballo desbocado, a la que Busquets, Arthur y Coutinho tomaron las medidas al campo el juego se convirtió en un monólogo culé, en el que Cou, recordando acaso su etapa nerazzurra, se destacó en una primera mitad en ocasiones primorosa.

Al Barça, de hecho, solo le faltó acierto rematador. Volvió a sobreponerse a la ausencia de Leo y, tan bien posicionado en el césped como ágil en la combinación, fue arrinconando a un Inter agobiado, fallón y cada vez más agobiado bajo una tormenta de agua y superioridad rival.

Si Valverde puso en el escenario a un once eminentemente ofensivo, con el regreso de Dembélé en lugar de Rafinha, la apuesta se demostró casi perfecta. Casi porque el francés, tan insistente como impreciso, no acabó de explotar y, más aún, porque el desempeño incansable de Luis Suárez no le dio el premio. Luchó, se desmarcó, conbinó y remató de todas las maneras... Pero siguió peleado con el gol en Europa.

Los más de tres años que el uruguayo acumula sin ver puerta lejos del Camp Nou en Champions mermaron a un Barça que se fue al descanso con sensación agridulce: tranquilo por tener el partido absolutamente bajo control pero insatisfecho por un empate que, desde luego, el Inter agradeció.

CAMBIO

Solvente en su apuesta, el equipo de Valverde no varió el plan en el segundo tiempo... Pero se encontró enfrente con un rival menos cobarde, más ambicioso y con ganas de devolverle los golpes. El Barça siguió dominando, siguió teniendo mejores ocasiones y el Inter le dio buena réplica.

Consciente que a fútbol no tenía muchas opciones, Spalletti solvento jugarle con descaro a la contra y si el cansancio de Coutinho lastró el gobierno del primer tiempo, la entrada de Borja Valero revolucionó al Inter, que comenzó a creer en el triunfo.

Reaccionó Valverde sacando a escena a Arturo Vidal en lugar de Arthur para dar mayor apoyo a Coutinho y el ingreso del chileno dio paso a una recta final en que volvió a gobernar el Barça para que el Inter quisiera, de alguna manera, rearmarse atrás y sorprender con rapidez.

Y en esa recta final todo estalló. Entró Malcom, para sorpresa de muchos, en el minuto 81 y dos después recibió a la carrera un pase adelantado de Coutinho para soltar un disparo durísimo, por bajo, que sorprendió a Handanovic para lograr el 0-1. Victoria... O no.

Pues no. Lejos de caer en la depresión, el Inter se fue con rabia a por la igualada y ese gol llegó, de manera sorprendente, a través de Icardi, quien aprovechó la excesiva suavidad defensiva azulgrana.

De acabar el partido con 0-0 no se habría visto tal decepción. Porque tuvo el triunfo a tocar el Barça y se le escapó de una manera difícil de entender. Ya está en octavos... pero con sabor agridulce.