- Marco Asensio - 33', 35'
- Javi Sánchez - 39'
- Isco - 47', 83'
- Vinícius Júnior - 75'
- Yacine Qasmi - 81' Pen
Real Madrid golea al Melilla y avanza en la Copa
MADRID (Paola Núñez | ESPN Digital) -- Asensio e Isco crecieron ante la adversidad. Reivindicaron su 'veteranía' con un doblete cada uno para la victoria del Real Madrid por 6-1 sobre el modesto Melilla en la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey en el encuentro disputado este jueves en el Santiago Bernabéu. La tarde fue redonda también para Vinicius Junior que se estrenó como goleador en el Santiago Bernabéu.
Los tres jugadores ganaron en confianza, propia y del técnico, en una tarde marcada para reclamar un papel de mayor relevancia del que Solari les ha conferido hasta el momento.
Marco fue la frialdad clínica. La imagen de la superioridad de un equipo de 'elite', así sólo participara un puñado de jugadores de alto rango, ante el modesto rival que se sabía fuera del torneo desde que cayera por 4-0 en la ida y se plantó en el Bernabéu para cumplir con un sueño y poco más.
Isco, la del sufrimiento. Pero también la de la perseverancia, pues cuando menos se esperaba de él se sacó de la manga uno de esos chispazos de magia que acaban por reacomodar el orden universal.
Luego está Vinicius. Hoy más 'diamante en bruto' que nunca y viva imagen de la persistencia, pues no dejó de intentarlo nunca a pesar de fallar una decena de oportunidades de manera escandalosa. O juvenil. Según se quiera ver.
Y es que el talento nato por sí solo da lo que da. Lo sabe Isco, y sobre todo, Asensio.
El '20' merengue se vio de pronto acompañado por Vinicius Junior y Mariano Díaz (quedejó a su equipo con diez al volverse a lesionar) en ataque. Y supo por instinto que era él, el hombre de experiencia, el que tendría que sacar el juego adelante. La eliminatoria estaba sentenciada, pero para Asensio e Isco el partido lo significaba todo, pues no tendrán una oportunidad igual para ganar puntos frente a Santiago Solari.
Fue el mallorquín quien decidió el rumbo del partido cuando abrió el marcador en una jugada individual después de un contragolpe. No era quién tenía el mejor ángulo, pero un minuto antes, el '20' había protagonizado una vistosa jugada quitándose a tres defensas para colarse en el área. Vio a Isco mejor colocado, de frente a Pedro Luis, y le cedió el balón. No esperaba que Isco se congelara y tardara una eternidad en decidirse... a servir a Vinicius, que a su vez, lanzó uno de sus varios disparos a las nubes de la tarde.
Tal era la presión con la que cargaba Isco Alarcón en su primera titularidad con Solari al mando.
Asensio siguió a lo suyo, pues no se puede salvar a todo mundo de un golpe, y pocos minutos después puso el 2-0 tras recibir un brillante pase de Vinicius - que ahí donde falla todas frente al marco, se saca el último pase con la precisión y seguridad de un veterano.
Quedaba más de una hora de juego y Madrid ya podía quitar el pie del acelerador. Pero habiendo en su mayoría jugadores del Castilla, o marginales, en la cancha, fue casi lógico que nadie bajara los brazos. Antes de los 40', ya se habían puesto 3-0 con un remate soberbio con el empeine del central Javi Sánchez. Más que un premio para el canterano, capitán del Castilla, fiel soldado de Solari, estrenarse como goleador en el Bernabéu.
Llegado el segundo tiempo Dani Carvajal, que se había hecho daño al estrellarse con un poste, dejó su lugar a otro jugador de la cantera, Fran García. Madrid fue más cauto, aunque sin ceder el dominio. Manejaba el partido con tranquilidad y ya sin presión. Y solo así, con el mar en calma, salió a relucir el gran jugador que Isco lleva dentro. Con un soberbio disparo desde fuera del área, y casi sin ángulo, marcó su primer gol en casi tres meses para el 4-0.
Lo celebró con una mezcla de orgullo y alivio mientras Solari sonreía con aprobación desde el área técnica.
El pastel parecía repartido, pero faltaba el toque especial que redondeara la tarde de los jóvenes. Ese gol que tanto buscó Vinicius sin cansarse y por instinto, sabiendo, aún a su tierna edad, que tendría licencia para fallar 20 siempre y cuando metiera el último intento. Y lo hizo. En un contrarremate a su propio disparo.
La tarde dio, incluso, para que Melilla anotara el del honor desde el punto penal tras un derribo en el área y para que Isco cerrara su reivindicación (esta consigo mismo) marcando su segundo tanto de la tarde para el 6-1 final.