Pumas y Bravos sufren en defensa y otorgan partido de ocho goles

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CIUDAD JUÁREZ -- Fiel a su costumbre, Pumas sumó su noveno partido consecutivo sin ganar como visitante ante Bravos de Juárez. En una noche helada en la frontera, con lluvia y goles por doquier, el electrónico firmó un 4-4 donde el espectador tuvo emociones constantes.

El equipo de Miguel González no fue ni la sombra del buen juego que mostró ante Pachuca. El frío de la frontera heló a los de Míchel en el inicio del cotejo, pues lucieron pálidos ante los ataques del cuadro de Gabriel Caballero. Los auriazules iniciaron timoratos y no se acoplaron al césped del Olímpico Benito Juárez.

Pasó un tercio del primer tiempo para que los de casa se pusieran Bravos. Y es que un doblete de Darío Lezcano y un cobro de penal de Diego Rolán pusieron arriba a los juarenses. Juan Pablo Vigón apenas pudo descontar para el 3-1.

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Fue hasta un error de Iván Vázquez Mellado, cuando Pumas acortó distancia. Un disparo de media distancia del 'Lobo' Iniestra puso a temblar al guardameta local, quien demostró un error en la técnica y dejó que el disparo pasara por en medio de la portería.

Hacia el descanso, los auriazules aún vivían, cortesía de Vázquez Mellado. Los gritos del 'Pollo' Saldívar eran evidentes, pues no estaba contento con su zaga. Alejandro Mayorga fue el sacrificado e Ignacio Malcorra se colocó como lateral izquierdo para el segundo lapso.

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La fórmula funcionó y en poco tiempo los Universitarios le dieron la vuelta al marcador para la fiesta de goles. Favio Álvarez se estrenó como auriazul tras un centro de Iniestra y luego Carlos González adelantó a la visita en un frenético 3-4.

Pero el gusto no duró mucho y al final Pumas le hizo honor a su historia reciente, y es que, de visita, los del Pedregal sufren para ganar, pues tras un mal rechace de Luis Fernando Quintana en su área, Brian Rubio debutó en la Liga MX con gol y empató el marcador a cuatro tantos.

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Al final, las endebles defensas mostraron su peor versión situación que agradecieron los atacantes para brindar un partido con ocho goles, emociones y sí, también errores.