- Mikel Oyarzabal - 9' Pen
- Martin Ødegaard - 42'
- Matheus Aias - 39'
El Mirandés aguanta en San Sebastián y la semifinal se decidirá en Anduva
SAN SEBASTIÁN (EFE) - El Mirandés demostró a la Real Sociedad que esta temporada también es grande fuera de su casa y, a pesar de perder por la mínima en el Reale Arena, el gol de Matheus Aias deja la eliminatoria de semifinales abierta a lo que ocurra en la vuelta en su estadio de Anduva.
Los donostiarras estaban avisados del peligro de un conjunto burgalés que no brilla en Segunda División pero que en la Copa se ha convertido en un matagigantes con la eliminación de tres primeras, además vinieron a por todas y no se adelantaron por muy poco en un remate de Merquelanz, cedido por el club guipuzcoano, al que respondió con una buena mano Remiro.
La afición local se relajó a los ocho minutos de juego cuando Odei pecó de inocente en un balón que llegaba a Portu, al que el central del Mirandés arrolló y Gil Manzano no tuvo duda alguna en señalar penalti.
Mikel Oyarzabal, oscurecido en este inicio de año, fue el ejecutor del máximo castigo y con su precisión habitual no desaprovechó la oportunidad para poner de cara la eliminatoria para los vascos.
El Mirandés no se amilanó con el gol y siguió intentándolo durante una primera mitad en la que los guipuzcoanos erraron más de lo habitual y fruto de sus yerros llegaría el tanto del empate, muy merecido, del conjunto castellano, en una gran acción individual del brasileño Matheus Aias para batir por bajo a Remiro.
Se ponían las cosas muy bien orientadas para el Mirandés, la Real desesperaba con su lentitud y sus fallos, desconocidos esta temporada, hasta que Martin Odegaard volvió a establecer la lógica en el marcador.
El noruego se hizo con un balón al filo del descanso, su remate fue repelido por Limones, que repitió intervención a otro disparo de Portu pero el balón llegó nuevamente a las botas de Odegaard y ésta vez el centrocampista de la Real no perdonó.
El encuentro mantuvo similar guión en el segundo tiempo, la Real en un quiero y no puedo constante, a pesar de los esfuerzos de Portu, mientras el Mirandés mostraba mordiente y parecía más enchufado a un partido de incierto final.
Alex Isak, el revulsivo del equipo en los últimos compromisos, estaba desacertado y entró en su lugar Willian José, recibido con pitos, en busca del tercero, sin embargo el brasileño tampoco tuvo su noche, el Mirandés seguía creciendo y la afición local empezaba a no verlo nada claro.
El tramo final del choque fue un intercambio de posesiones entre ambos conjuntos con mayor peligro para los mirandeses a los que se les hicieron cortos los 90 minutos, pero muy jugosos por un marcador que deja abierta la eliminatoria y el pase a la final de la Copa del Rey.