- Álvaro Morata - 86'
España sufre para ganar su pasaporte a Catar 2022
(Jordi Blanco, ESPN Digital) - España jugará el Mundial de Qatar después de ganar por la mínima, y en la recta final, a Suecia en Sevilla. Un gol de Morata en el minuto 85 fue suficiente, válido, para sentenciar un partido de nervios absolutos. Un partido en el que La Roja apenas sí remató dos veces entre los palos de Robin Olsen y en el que el combinado nórdico le puso esa clasificación muy cuesta arriba.
A la nueva exhibición de Gavi, aclamado por el público, y la marca de Busquets, 133 partidos con la selección para igualar en el tercer lugar a Xavi solo por detrás de Casillas y Sergio Ramos, faltó, otra vez, contundencia en ataque. Hubo temple y combinación, faltó remate y sobraron nervios, muchos... Pero el sufrimiento, al final, valió la pena.
No fue, para nada, la noche ideal. Quien esperase una fiesta en Sevilla entendió rápido que Suecia no acudía al partido como simple convidada de piedra y a partir de una fuerte presión, juego simple pero rocoso y llegadas dirigidas por Forsberg buscando a Kulusevski e Isak maniató a una España desconcertada de entrada y más nerviosa e imprecisa de lo esperado.
A los 17 y 39 minutos rozó Forsberg el 0-1, con dos remates que salieron muy ajustados al lado el palo durante una primera mitad en la que al intento de pausa español, con Busquets y Gavi como máximos exponentes pero escaso acompañamiento, respondían los suecos con una solvencia y electricidad en la rapidez sorprendentes.
Tuvo fortuna la Roja de la poca puntería rival y lamentó el poco acierto ofensivo de un Olmo que encontró poca colaboración en De Tomás, quien en su segundo partido con la selección volvió a mostrarse tan entregado a la causa como impreciso y fallón, provocando que a cada minuto que pasaba se esperase con ganas la llegada del descanso para enfocar una segunda mitad de otro sabor.
NERVIOS
Pero de inicio aumentó más si cabe el sufrimiento. Un error en el pase de Azpilicueta le regaló apenas comenzar una ocasión magnífica a Isak, que disparó a las nubes y Suecia multiplicó sus intenciones, su agobio y presión ante el temor creciente de una España a la que costó casi un cuarto de hora recuperar el temple.
Se marcharon De Tomás (que tuvo en un cabezazo ajustado la primera y mayor ocasión hispana) y Sarabia para dar entrada a Rodrigo y Morata en ataque y retomó el control el equipo de Luis Enrique, aprovechando el cansancio sueco y dando la sensación de dar un paso al frente para no entregarse a un final a cara o cruz, buscando el gol decisivo y defendiendo, intentándolo, cada vez más lejos de Unai...
Pero entró en acción Ibrahimovic, contagió de ambición a su equipo y se dirigió el partido a ese final a cara o cruz tan temido por los españoles y que, e descubrió, era el escenario ideal y esperado por los suecos.
Buscaban los balones largos a Zlatan por un lado y los contragolpes, entre desordenados y confusos, por el otro en un choque ya absolutamente roto... Hasta que en el minuto 86 se acabó el sufrimiento. Un obús de Olmo que se estrelló en el travesaño acabó con el balón en pies de Morata, más atento al rechace que toda la defensa nórdica, para marcar a placer.
Y se acabó. Éxtasis final, alegría incontenible con una victoria tan sufrida como decisiva para que España acuda a su 12º Mundial consecutivo, una cita a la que no falta desde 1974 y que convierten a la Roja en una de las grandes, más allá de los títulos, del concierto internacional.