Barça y Getafe firman pacto de no agresión

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Ter Stegen, con manos de manteca en la cancha de Getafe

Raro error del arquero de Barcelona, quien dejó viva una pelota fácil y hasta casi termina cometiendo penal.


Getafe y Barcelona necesitaban un punto para sentenciar su objetivo... y sumaron ese punto merced a un empate que sin estar pactado de antemano dio la sensación de ser firmado con sangre por los dos equipos desde el momento en que comenzó el partido. Aseguraron tanto Quique Sánchez Flores como Xavi Hernández en la previa que saldrían a ganar, pero una vez en el campo sus futbolistas dejaron claro que los riesgos iban a ser mínimos, el ritmo bajo y las ocasiones contadas.

Del 0-0 inicial al 0-0 final transcurrieron 90 minutos sin más historia. La afición del Getafe, satisfecha por una salvación en la que apenas nadie creía cuando llegó Quique al equipo en octubre siendo colista, ni atendió a la poca competitividad del encuentro y los pocos barcelonistas que se dieron cita en el estadio se sumaron al ambiente de fiesta local, pendientes más del transistor por conocer qué ocurría en otros campos donde el drama era evidente que a esta suerte de amistoso que se jugaba en el Coliseum.

EFE

De hecho, apenas remataron una vez a puerta en toda la primera parte los dos equipos y ya ni eso en la segunda. Xavi, por una vez, decidió darle la manija a Riqui Puig y el poco ritmo, intensidad y verticalidad de sus compañeros no le dieron ocasión de lucirse, ni tan solo de destacar. Jugó cinco meses después su quinto partido de Liga, segundo como titular, Alejandro Balde en el lateral zurdo y disfrutó de una tarde tan plácida como breve fue el debut liguero del central Mika Mármol, quien entró en el tiempo añadido... Cuando ya todo el mundo pedía el final del choque.

Desde que ascendió a la máxima categoría por primera vez en 2004, el Getafe solo jugó una temporada en Segunda (la 2016-17) y cumplirá así la sexta consecutiva en Primera después de sobrevivir al límite gracias a la competitividad que les dio Quique Sánchez Flores. Para el Barça, después de una temporada con más disgustos que alegrías, este final de curso dejó a la vista el poco ánimo de un equipo alejado de si mismo.

Una tarde que no será recordada... Pero en la que todos ganaron.