Barcelona pasa de la algarabía a la pesadilla y está fuera de la Europa League

Borré y su clásico festejo en pleno Camp Nou
Borré y su clásico festejo en pleno Camp Nou
EFE

BARCELONA (Jordi Blanco, corresponsal) -- El Barcelona sufrió una noche de drama y se despidió por la puerta de atrás de la Europa League, derrotado y masacrado por un Eintracht que asaltó el Camp Nou, venciendo por 2-3 y mostrando la peor imagen de un Barça impotente y desmontado desde el inicio, cuando Èric García, en la primera llegada de los alemanes al área, cometió un penalti tan claro como inocente a Lindstroem que transformó Kostic.

Solo se habían cumplido tres minutos de partido y el plan que se suponía tenía Xavi Hernández saltó por los aires. Lo peor, en clave azulgrana, es que lejos de reaccionar como se hubiera esperado, el Barça entró en pánico, descontrolado ante un rival que poco menos copió su planteamiento de la ida y jaleado por más de 30 mil aficionados que convirtieron el Camp Nou en un pequeño Waldstadion.

Pidió el entrenador catalán en la previa ser más pulcros con el balón, evitar pérdidas en la zona de creación y dominar al rival a través de la pelota, buscando el juego de los interiores, con combinaciones rápidas que evitasen el orden a la zaga del Eintracht. Todo lo que pidió apenas si se dejó notar durante una primera mitad desastrosa del Barça, que apens si creó peligro con un par de internadas de Ferran Torres y un remate de Aubameyang que se marchó arriba.

Sin balón el Barça no es nada... pero, más aún, sin igualar la intensidad y capacidad de sufrimiento del que hizo gala el Eintracht desde el primer minuto ya se aventuró que la noche iba a ser tan terrible como comenzó a demostrarse en cuanto Kostic anotó el 0-1.

El penalti, inocente, de Èric García descubrió, además, que la ausencia de Gerard Piqué es poco menos que un castigo mortal para este Barça falto de liderazgo en la defensa, donde Mingueza era superado una y otra vez, Jordi Alba no sabía si ir arriba o abajo y Araújo sufría lo indecible para tapar agujeros.

Sin juego en el centro del campo el partido se convirtió en un ir y venir que hacía tan feliz al Eintracht como desdichado al Barça, que sin haber casi dado señales de vida en el área de Trapp se encontró con el 0-2 merced a un zambombazo lejano de Santos Borré que pasó por encima de la mano de un impotente y sorprendido Ter Stegen.

Casi que agradeció el equipo azulgrana el descanso, puesto que Knauff rozó el 0-3 tras desnudar a Jordi Alba y en ese desemboque del primer tiempo el derrumbe era absoluto...

LA NADA

Se suponía que el intermedio provocaría una reacción furibunda. Un cambio de papeles, un nuevo escenario con un Barça enrabietado y dispuesto a recuperar lo perdido... Pero fue el Eintracht el que siguió disfrutando ante el pasmo general. Y la impotencia de un Barça que apenas avisó por medio de un remate de Aubameyang que rechazó Trapp antes de que el drama aumentase.

Entre el jolgorio de los 30 mil hinchas germanos Ter Stegen salvó el 0-3 a Lindstroem a la hora de partido... Pero no pudo evitarlo poco después ante el disparo raso y cruzado de Kostic que acabó por hundir a todo el equipo.

Ni la entrada de Frenkie de Jong en el descanso por el lesionado Pedri ni la posterior de Adama y desesperada de Luuk de Jong mejoró la imagen de un equipo destrozado y que, de pronto, perdió todo el brillo y optimismo que había logrado bajo la batuta de Xavi en los últimos meses.

El Eintracht se paseó cómo quiso por un Camp Nou incrédulo desde antes de empezar el partido. Asistente a la presencia masiva de aficionados alemanes primero y rendido a la evidencia de un Eintracht que desnudó al Barça de mala manera.

Busquets salvó el honor marcando cuando empezaban los nueve minutos de alargue... Pero para entonces, con no pocos aficionados locales habiendo desertado del estadio, se entendía imposible aspirar a un milagro al que se agarró en el último suspiro, cuando Memphis, con duda, marcó de penalti el 2-3... Aunque ya sin tiempo para más.

Europa se acabó. Y de la peor manera.