Barcelona saca el orgullo y vence al Real Madrid en el Bernabéu

2:48

Otro Clásico para el Barcelona, se impuso 1-0 en el Bernabéu

El FC Barcelona se llevó el partido de ida de la semifinal de la Copa del Rey con una victoria 1-0 sobre el Real Madrid. El único gol del partido fue anotado en propia puerta por Militao tras un remate de Kessié que pudo tapar Courtois. El partido de ida


MADRID (Jordi Blanco, corresponsal) -- El Barcelona más irreconocible sacó petroleo del Bernabéu en un Clásico ampliamente dominado por el Madrid pero resuelto por el Barça más práctico y sufridor que se recuerda en este duelo de la máxima. Le bastó con el autogol de Militao, en una jugada desafortunada para el Real que nació en el error de Camavinga y acabó con el rebote en el brasileño, para llevarse una victoria más importante que, desde luego, merecida.

El Madrid dominó, mucho en ocasiones, pero se estrelló ante una defensa azulgrana estupenda, soberbio Araújo para aburrir a Vinicius, solvente por arriba Koundé, serio Marcos, intenso Balde... Y bien apoyados todos ellos por el trabajo incansable de Frenkie de Jong y Gavi.

Sufrió el Barça pero no lo aprovechó el Madrid. Vinicius tuvo que cambiar de registro ante la imposibilidad de ganarle a Araújo, Benzema apareció en cuentagotas y toda la labor del mediocampo murió en la nada. Dominador sin suerte, sin remate ni convencimiento, el Madrid se estrelló ante el Barça más pragmático que se recuerda.

Intenso y vetical, el Madrid ahogó al Barça en una salida supersónica. Ya a los 30 segundos rozó el gol Modric (su disparo, agobiado por Koundé, se marchó fuera) tras un error de Balde en el cálculo del fuera de juego y a los once minutos se anuló un gol a Benzema por fuera de juego.

Le costaba, horrores, al equipo azulgrana hacerse notar en el césped, superado en todos los órdenes, prácticamente invisible en el centro del campo y totalmente en ataque, donde ni Ferran encontraba su lugar ni Raphinha entraba en juego. Solo mantenía el tipo, y con dificultades, en defensa, donde De Jong se sumaba en el apoyo a una línea en la que Araújo mantuvo el tipo ante Vinicius, elemento, probablemente, clave en el desarrollo futuro del partido hasta el descanso.

Ocurrió que a los 23 minutos se enzarzó en una fea lucha con De Jong en la que acabó agarrando del cuello al neerlandés (mientras este le sujetaba del cuerpo) y provocó su amonestación... Que protestó de manera exagerada (jugándose incluso otra amarilla) y le descentró. Solo dos minutos después una pérdida de balón de Camavinga lo aprovechó el Barça para salir a la carrera, asistir Ferran a Kessié y acabar la jugada en gol, rebotado el balón en Militao tras el rechace de Courtois.

Se anuló inicialmente por fuera de juego... Pero el VAR demostró la legalidad de la jugada, le dio ventaja a un Barça incrédulo por su fortuna y cambió el orden del juego. Ya no mandó más el Madrid con tanta comodidad, sí supo pausarse y hacerse notar el Barça y alcanzó el descanso con mucha más tranquilidad de la que habría podido imaginar.

NERVIOS

Para entonces Vinicius, tantas veces desequilibrante, ya estaba aburrido ante la solidez de Araújo y el centro del campo azulgrana, a pesar del poco acierto de Busquets, dominaba la situación con el liderazgo de De Jong y el acompañamiento del incansable, y a veces excesivamente intenso, Gavi...

Pero la segunda mitad comenzó tal como la primera y el Madrid volvió a arrollar a un Barça otra vez demasiado apocado y falto de determinación, cediendo terreno y sufriendo en demasía por la intensidad de un Madrid que le ganaba terreno... aunque sin aprovecharlo de cara a la portería de Ter Stegen.

Pasó nervios el Barça por la resolución ofensiva del rival, y pasó nervios el Madrid, más a cada minuto que pasaba a partir del cuarto de hora, por no encontrar la manera de llegar al área con convicción. Y, también, por chocar una otra y otra vez con la bien organizada defensa azulgrana, que mantenía en pie al equipo.

Así hasta que, por fin, Xavi movió pieza, dio entrada a Ansu por el inoperante Raphinha, recolocó a Ferran en la banda y de repente regresó al escenario, multiplicado, De Jong. Siguió dominando el Madrid, con insistencia y ganas, pero su mando fue más visual que efectivo, salvándose, incluso, de un golpe terrible gracias a... Ansu Fati.

Fue en una jugada por banda de Ferran, cuyo centro, perfecto, raso atrás lo remató Kessié saboreando el gol, que evitó el pie de Ansu, mal colocado en el ataque y convertido muy a su pesar en el salvador de Courtois.

Habría podido, casi, sentenciar la eliminatoria el Barça en aquella jugada y después de un Clásico en el que se mostró, colectivamente, muy alejado de sus esencias. Supo sufrir y ganó en un golpe de suerte.

Queda la vuelta... Y puede apostarse que habrá lucha hasta el final.