Real Madrid, finalista por goleada

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Otro Clásico para el Barcelona, se impuso 1-0 en el Bernabéu

El FC Barcelona se llevó el partido de ida de la semifinal de la Copa del Rey con una victoria 1-0 sobre el Real Madrid. El único gol del partido fue anotado en propia puerta por Militao tras un remate de Kessié que pudo tapar Courtois. El partido de ida


BARCELONA (Jordi Blanco, corresponsal) -- El Real Madrid jugará la final de Copa después de remontar en el Spotify Camp Nou el 0-1 con que le venció el Barça en el Bernabéu y pasearse en Barcelona para golear por 0-4. Maduro, solidario, paciente y rápido, el equipo de Ancelotti supo leer con veteranía el partido, mucho más que un Barça al que le pesaron las ausencias primero y el marcador después.

Avisó Xavi en la previa que el Madrid era, a pesar de todo, favorito, y le dio la razón el conjunto merengue, que entró con calma en el partido, sin perder la compostura ante el asalto que pretendió el Barça y ganando, poco a poco, el control del juego. Se protestó, rápido, un posible penalti por mano de Alaba, argumentando que al cortar el centro de Raphinha no estaba en el suelo aún, pero, ignorado por el árbitro, ni esa jugada serviría de coartada para explicar el desplome azulgrana.

Quiso pero no pudo, buscó el remate pero no encontró apenas ni la manera de provocarlo y enfrente se enontró con un Vinicius que, por primera vez en sus duelos con Araújo, mostró su enorme categoría futbolística. Se las tuvo con Gavi, provocado y provocador a partes iguales, pero fue la clave del 0-1 y provocó el 0-3 que enterró la esperanza local.

DE GOLPE

El Barça rozó el 1-0 al borde del descanso... Y tan apasionado buscó el gol que no atendió a una contra soberbia del Madrid, que desnudó a Busquets, a Sergi Roberto, a Marcos y Koundé, no alcanzando ni Balde ni Araújo al desaguisado cuando Benzema le cedió el balón a Vinicius, que marcó con suavidad aunque casi pudo evitarlo Koundé.

Se marchó el duelo al descanso con la eliminatoria igualada, con el público entregado al Barça y suponiéndose una segunda mitad con más intensidad si pudiera ser... Pero lo que se vio fue una exhibición del Madrid que destruyó a un Barça demasiado débil.

Antes de llegarse a los cinco minutos de la continuación Modric señaló de mala manera a Sergi Roberto, marchándose como quiso de su marca y encontrando a Benzema, olvidado por todos, en la frontal del área. Le regaló el balón y el francés, agradecido, no coló en la red con un disparo ajustado, suave e inverosímil. Increíble su posición solitaria.

Contra el reloj ya jugaba el equipo de Xavi y contra la lógica tuvo que hacerelo antes de llegarse a la hora de partido, cuando Vinicius, listo como pocos, supo revolverse en el área y buscar el pie de Kessié, que le pisó sin discusión. Penalti, gol de Benzema y fin de la historia.

Ese Barça ansioso por hacer historia y que venía de ganarle tres Clásicos seguidos al Madrid era poco menos que un juguete roto a manos de un rival que tuvo ocasiones para convertir la goleada en histórica, devolviéndole el 0-4 de la pasada temporada en el Bernabéu gracias, otra vez, a Benzema, que anotó un hat-trick y marcó a fuego una noche desastrosa de Koundé, de Marcos, de Èric y de cualquiera.

Se llegó, incluso, a temer la manita en el ambiente... Una manita que no llegó ni falta que le hacía al Madrid, que pasó por el Camp Nou como un ciclón en una segunda mitad en la que destruyó al Barça en el momento en que más ilusión tenía de la temporada.