España golea a Israel y comparte la cima con Italia

(Paola Núñez | ESPN Digital) -- David Silva, Vitolo, Diego Costa e Isco cumplieron con su cuota para mantener a España en la cabeza del Grupo G de clasificación rumbo al Mundial gracias a la victoria por 4-1 sobre Israel, empatados en 13 puntos con Italia. También David de Gea puso su granito de arena al intervenir un par de veces con grandes salvadas a los intentos del cuadro israelí, cuando aún podían salvar el partido, y que a la postre significó la diferencia entre recobrar la esperanza de remontada a meramente salvar el honor.

Y es que aun con sus limitaciones, el conjunto hebreo bien pudo darle un baño de humildad a España, que en cuanto se sintió cómodo con su aplastante superioridad técnica, se relajó y comenzó a cometer esos pequeños-grandes errores de concentración que suelen reflejarse en disgustos y goles en contra. Y los ibéricos no se pueden permitir ni eso. No con Italia pisándole los talones en la reñida competencia por el único pase directo a Rusia.

Israel está a muchos años luz de España tanto en talento como calidad y, para colmo, hasta la suerte estuvo del lado de los locales. La suspensión del arquero israelita David Goresh dio la titularidad a Ofir Marciano, que no había jugado un partido internacional en más de tres años, y fue evidenciado por su nerviosismo y fragilidad dos errores infantiles en el segundo y tercer tanto. Como era poco, el técnico Elisha Levy se tuvo que quemar dos cambios por lesión, el de Tibi, que salió en camilla antes de que se cumplieran 20 minutos dejando su lugar a Tawatha, fue el que más afectó al juego de los hebreos, pues dejó aún más expuesta a su endeble defensa.

Para entonces España ya ganaba por 1-0. Sin hacer gran esfuerzo, los ibéricos se habían adueñado del terreno de juego de El Molinón y campaban a sus anchas reteniendo el balón, pero sin querer apresurar el fatídico desenlace para los rivales.

Como si necesitaran dejar claro que las dotes de su brújula Andrés Iniesta siguen intactas. Hasta que esa indulgencia consigo mismos les hizo cometer el primer error que se tradujo en peligro para De Gea con un acercamiento de Zahavi.

Inmediatamente apretaron en ataque y consiguieron un tiro libre del que nacería el tanto que abrió el marcador. Un pase de Jordi Alba, que mide perfectamente el movimiento de David Silva por banda para que el canario marcara el primero con un túnel a Marciano en un remate cruzado.

La alerta le duró poco a los españoles, que volvieron a la paz y relajación inicial al verse poco exigidos. Vino otro error, una entrega de Jordi Alba, que estuvo a punto de acabar en gol si no es porque David De Gea metió oportunamente la mano para sacar el balón muy cerca de la base del poste lejano. Israel no se quería dejar matar, así que no quedó otro remedio que poner fin a la siesta.

Les costó, no obstante, encontrarse con el segundo. Fue ya en tiempo de compensación de la segunda mitad, cuando Vitolo puso el 2-0 desde un costado después de recibir un balón de Thiago desde la frontal. Al tanto contribuyó - y mucho - Marciano, que por alguna razón intentó frenar el balón en el suelo con una mano solo para ver como se le colaba por debajo del cuerpo.

El tanto, y el momento en que sucedió, afectó la confianza hebrea de manera irremediable y a la vuelta del descanso salieron distraídos y aún más erráticos. España sólo tenía que aprovechar el primer error para dar la estocada final. Cinco minutos después, Diego Costa ponía el 3-0 con un cabezazo y, ya de paso, se colocaba al lado de Vitolo como máximos goleadores de España en el torneo con cuatro tantos cada uno.

Todo era felicidad en el cuadro español. Pero quizás por la misma razón se volvió a tirar a la hamaca, creyendo que nada reanimaría a los rivales. Pero resultó que en las filas de Elisha Levy todavía quedaba algo de honor y a 15 del final, Refaelov descontó aprovechando un apurado rechace del arquero español.

Sirvió al menos para sacar esa furia que tanto y que en casi hora y media no había aparecido para impulsar a Isco a marcar el cuarto - también con ayuda del portero, que se paró fatal y reaccionó tardísimo.