Con un Messi genial, Barcelona retoma la cima de La Liga

El presidente Bartomeu se comunicó con el crack argentino, tras el nuevo revés judicial por evasión fiscal.
El presidente Bartomeu se comunicó con el crack argentino, tras el nuevo revés judicial por evasión fiscal.
Getty Images

BARCELONA (Jordi Blanco, corresponsal) -- El Barcelona respondió a la victoria del Real Madrid con la mejor noche de la temporada. ¿Exagerado? Para nada. Como por arte de magia, todas las dudas desaparecieron y regresó al plano la mejor versión de un equipo enchufado, intenso, jugón, asociativo, rematador y que regaló a la hinchada motivos para creer en el milagro europeo.

El Barça aplastó por 5-0 a un Celta que quiso pero no pudo y que se rindió a la evidencia de que cuando el Barça juega a su fútbol, el fútbol es un juego maravilloso. Cayeron cinco y no se recibió ninguno. Aviso a navegantes...

El Celta, respondón, insolente y atrevido, acabó rendido a la magnífica exposición futbolística de un Barça dirigido por el Messi más coral, goleador, asistente... Un líder en toda regla. El líder de un equipo desmelenado en el que brilló la electricidad de Neymar, se destacó la brújula de Busquets, creció la mejor versión de Rakitic y hasta mostró como Sergi Roberto puede ser un velocista inesperado o Pique y Umtiti rematadores de primer orden.

Salió a pelear el Celta y le rompió por la mitad el Barça en una primera mitad primorosa y una segunda exuberante que debió recibirse en París con las peores sensaciones. Si hace cuatro días había pasado por encima de un Sporting disminuido, este sábado atropelló a un equipo mucho más hecho y que hasta el 2-0 que le derrumbó cerca del descanso fue un rival muy digno.

El PSG ya sabe lo que le espera el miércoles. O al menos eso es lo que se trasladó desde el Camp Nou. En una semana, lo que son las cosas, la depresión ha dejado espacio a una rabia futbolística incontenida, a una preparación del escenario al que quiere dirigir este equipo renacido la eliminatoria contra el equipo de Unai Emery, al que ni ese 4-0 gigantesco debe provocar tranquilidad.

EL EFECTO LUIS ENRIQUE

Luis Enrique dijo en la víspera que su anuncio le había aliviado, se había quitado un peso de encima y que ahora ya solo pensaba en acabar a todo ritmo la temporada. Y a lo visto en el césped, sus jugadores se contagiaron de ese alivio porque disfrutaron como no se recordaba.

Como si no hubiera mañana, como si todos y cada uno de los futbolistas (perdón, Messi es otra cosa) pensaran que pasaban examen, el Barça abandonó el agotamiento mental y futbolístico para instalarse otra vez, de sopetón, en la excelencia. Todos a una.

Tras el 2-0 del descanso, con el choque, teóricamente sentenciado, se esperaba una segunda mitad rebajada para guardar fuerzas... Y lo que se apreció fue una nueva demostración de fortaleza futbolística.

Un grito unánime de "Sí se puede" recorrió el graderío del Camp Nou cuando Messi ya había marcado dos goles y repartido dos asistencias, con el 5-0 en el luminoso y la luz alumbrando a ese '10' inconmensurable, gigantesco y que arrastró a todo el equipo.

"Remontaremos" pasó a convertirse en el desenlace de la noche en el grito generalizado, con pancartas en la grada de animación que invitan a soñar con ese milagro nunca visto en la Champions... Pero es que hacía muchos meses, demasiados, que el estadio barcelonista no disfrutaba de un partido tan excepcional.

El Celta se llevó una manita, un 5-0 incontestable, que vino a suceder al 6-1 con que se despachó al Sporting y que, admitiendo la mayor entidad, mucho mayor, del PSG, no deja de ser un golpe sobre la mesa del mejor Barcelona que se recuerda.

Una noche para la ilusión. Y para permanecer en el liderato, claro.