Portugal se asoma a octavos de la mano de Cristiano Ronaldo

(Alfonso Duro) -- Todo lo que logre hacer Portugal en este mundial va a depender, invariablemente, de Cristiano Ronaldo. El delantero del Real Madrid no es sólo el capitán y líder de la selección comandada por Fernando Santos; es también su alma.

El crucial encuentro de los portugueses contra Marruecos arrancó con un sobresalto. A los cuatro minutos, la selección lusitana ya estaba por delante en el marcador. El goleador, se lo pueden imaginar, era Cristiano Ronaldo. Un córner colgado en segunda instancia por Joao Moutinho fue cazado con un espectacular remate por el delantero en el área pequeña para poner a su selección 1-0 ante una combativa Marruecos.

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El movimiento de Ronaldo para deshacerse de su marcador es de esos que debería enseñarse en las academias donde crecen los delanteros del futuro. CR7 se lanzó de cabeza para conectar un balón al que parecía llegar antes Medhi Benatia para rechazar, pero nada más lejos de la realidad. Llegó primero Ronaldo y puso a su selección en ventaja.

A partir de ahí, el partido cambió. Marruecos se veía fuera del Mundial habiendo recibido dos goles en los cinco minutos que iban desde el último minuto de su partido ante Irán y los cuatro que pasaron hasta el testarazo de Ronaldo. Los de Hervé Renard entraron al encuentro con tres cambios respecto a su primer partido de grupo, siendo la nueva posición de Noureddine Amrabat como extremo derecho lo más destacado del planteamiento del entrenador francés, pues el jugador del Leganés se mostró en todo momento como un verdadero dolor de cabeza para su marcador, Raphaël Guerreiro.

Los leones del Atlas empezaron a hacer un ejercicio de presión genial en la medular. Belhanda y El Ahmadi se convirtieron en los dueños del balón, siendo capaces de recuperarlo muy cerca del área rival, filtrando así pases para los contrataques de Amrabat y Achraf, éste jugando como un lateral muy largo contra el equipo luso.

Un cabezazo de Medhi Benatia a los 11 minutos fue la mejor ocasión del conjunto marroquí, pero Rui Patricio no falló y pudo detener el balón justo en la línea de gol. El arquero portugués calentaba motores así para lo que se venía encima, pues sus atajadas volverían a ser claves para afianzar el resultado de los portugueses. Al arrancar la segunda parte, el veterano portero del Sporting de Portugal volvería a negarle el gol a Marruecos, esta vez ante un imponente cabezazo de Belhanda en el minuto 55.

Marruecos se notó muy cómoda con la pelota, igualó la posesión en la primera parte y superó en disparos a puerta a Portugal, corroborando que su situación en este mundial era más el producto de la mala suerte que del mal juego. Tanta mala suerte tuvo que ni siquiera las decisiones arbitrales le ayudaron. En el minuto 30, un mal despeje de Guerreiro le dejó el balón en bandeja a Boutaïb dentro del área, pero José Fonte llegó como un avión y arrambló al delantero del Yeni Malatyaspor turco sin oportunidad alguna de jugar el balón. El árbitro americano Mark Geiger ni siquiera titubeó. Los jugadores marroquíes se desgañitaba pidiendo que, como mínimo, revisara el VAR para confirmar su decisión, pero no hubo forma de convencerle.

Los de Renard no se dieron por vencidos en ningún momento. Continuaron con su plan, y arrinconaron a una Portugal que no parecía inquietarse demasiado por la falta de posesión.

Los ataques marroquíes llegaban por oleadas. Cualquier pelota parada era una oportunidad para Benatia de probar a Rui Patricio, y cualquier contra nos recordaba la edad en los pasaportes de José Fonte y Pepe.

Fernando Santos intentó mover el banquillo, cambiando a sus hombres de banda por Gelson Martins y Bruno Fernandes, intentando ajustar el juego en el medio y dejar arriba a Martins junto a Ronaldo y Guëdes para aprovechar algún balón largo suelto. Pero ni siquiera así pudo sacudirse la presión Portugal, que siguió sometida a la intensidad de un equipo que se veía fuera del Mundial, tras haber jugado dos partidos bastante aceptables en el cómputo global, y que se revelaba ante esta realidad.

Con el tiempo ya cumplido, Hakim Ziyech tuvo la última gran oportunidad para Marruecos. Hizo dos recortes desde la derecha, dentro del área, y se perfiló para el remate completamente libre de marca. Su disparo, sin embargo, se marchó muy desviado.

El árbitro añadió cinco minutos de descuento, sin que Marruecos pudiera evitar su eliminación.