Bilardo y un regreso memorable

Unos 25.000 hinchas estallaron en alegría y una nube de papelitos tiñó el cielo de rojo y blanco, los colores del club, cuando el DT hizo su aparición en la cancha, vestido con saco y corbata

BUENOS AIRES -- "¡Bermúdez, Bermúdez!", gritó el pintoresco Carlos Bilardo en su primera indicación a sus futbolistas. Pero nadie le hizo caso. Volvió a insistir y todo siguió igual.

Hasta que uno de sus ayudantes lo corrigió: "Carlos, aquí nadie se llama Bermúdez, ése es César Balbuena", un defensor paraguayo que era destinatario del llamado de Bilardo.

"Y bueno; no voy conocer de entrada a 30 tipos" (personas), se disculpó luego Bilardo. "Las maestras también se equivocan el primer día", agregó el técnico, quien con sus dichos y actitudes le da al periodismo material de sobra.

Ésa fue una de las tantas anécdotas que destacaba el lunes la prensa local sobre la explosiva reaparición del hiperactivo Bilardo como técnico de Estudiantes, que el domingo le ganó 2-1 a Talleres como local y a cancha llena.

Bilardo, quien dirigió al seleccionado de Argentina campeón mundial en 1986 y subcampeón en Italia en 1990, es un hijo pródigo de Estudiantes. Como jugador, fue múltiple campeón nacional y de la Libertadores y como técnico también lo llevó a la consagración en 1982, cuando dirigió a Estudiantes por última vez.

Unos 25.000 hinchas de Estudiantes estallaron en alegría y una nube de papelitos tiñó el cielo de rojo y blanco, los colores del club, cuando Bilardo hizo su aparición en la cancha, vestido con saco y corbata.

Después, Bilardo fue un espectáculo aparte. "Ma que médico, parate", le dijo Bilardo al volante Marcelo Carrusca, quien desde el piso pedía asistencia médica con el partido 1-1 y Estudiantes al ataque. El mismo Bilardo es médico.

Carrusca se paró como pudo, según coinciden los diarios, pero en ese instante el que atacaba era Talleres, por lo que vino la "contraorden" de Bilardo: "Carrusca tirate, tirate al piso".

En el empate de Talleres, se le acercó Balbuena para decirle que en la jugada previa le habían cometido infracción y Bilardo le respondió: "No me lo digas a mí, decíselo al árbitro". Y elevando aún más su voz, se dirigió a todo el equipo: "Protesten viejo, protesten".

Bilardo dijo tras el partido, nada menos que ante unos 300 periodistas, que "los pibes tienen que aprender y por eso les grité bastante".

Por televisión se vio a Bilardo reacomodándose una y otra vez sus pantalones y zapateando como en un baile, cada vez que sus jugadores fallaban pases fáciles.

El cuarto árbitro del partido Pablo Frezotti destacó que "Bilardo estaba como enloquecido, pero nunca me divertí tanto con un técnico en la cancha".

El conductor del autobús que llevó al estadio al plantel de Estudiantes dijo que "Bilardo me pidió que no frenara en ningún semáforo y que si nos paraba la policía, la multa la pagaría él".

"Me contaron que era una cábala", dijo el conductor Mauricio Aguillón al Deportivo Olé del lunes. Para volver a ser técnico, Bilardo abandonó sus exitosos programas deportivos por radio y televisión, en los cuales se movía con gracia y soltura.

-EFE


 ENVÍALO | MÁS ENVIADOS

Estudiantes LP
lunes, 05 de mayo
Portada