Los de Carlos Bianchi festejaron en los dos primeros superclásicos del verano 2003 y terminaron invictos su participación en el pentagonal, como para reafirmar una tendencia muy favorable, poco antes de empezar a afrontar el torneo Clausura y la Copa Libertadores de América. Luis Rueda aportó el primero y el último gol de la noche, pero para Boca convirtieron José María Calvo y Marcelo Delgado (el delantero en dos oportunidades).

Boca asumió el protagonismo desde el primer instante, como para ratificar su superioridad en el fútbol doméstico. Racing prefirió esperar y contraatacar basándose en la chispa de Maximiliano Estévez y en la peligrosidad de Rueda. A Boca al principio se le complicó el papel defensivo cuando le ganaron la espalda a Diego Cagna y Matías Donnet.

Otro jugador de Boca que volvió a ofrecer ventajas fue Hugo Ibarra y justamente por su sector llegaría el gol de Rueda. La dificultad para Racing se tornó mayúscula a partir de la precisión de Ezequiel González y la movilidad del Chelo Delgado y Barros Schelotto. Justo en el primer cuarto de hora el mellizo logró el primer tanto de la noche, pero la jugada fue mal anulada, ya que al ex delantero de Gimnasia y Esgrima La Plata lo habilitaba el zaguero paraguayo Roberto Amarilla, quien desde ese momento acumuló errores.

El gol que empezaba a merecer el equipo de Carlos Bianchi lo consiguió Rueda para los de Osvaldo Ardiles. El artillero mendocino se metió en la zona que desprotegió Ibarra y doblegó con absoluta tranquilidad el achique que intentó Roberto Abbondanzieri. Boca reaccionó pronto y lo hizo de tal modo que empató Calvo y desniveló Delgado.

Calvo igualó tras recoger un rebote en Mario Cuenca, consecuencia de un toque de primera de Barros Schelotto, a quien le colocó González un pase al claro muy preciso. Delgado resolvió bajo el arco, tras un centro rasante de Barros Schelotto que ni Cuenca ni Amarilla supieron contrarrestar. Cuando el clásico estaba 2-1 ya eran inocultables los desaciertos de Racing en el fondo, en especial por la falta de conexión entre Amarilla y el capitán Claudio Ubeda. De todos modos, Boca se impuso en el parcial, pero sin ampliar la diferencia en el marcador.

En la segunda parte Boca sí logró aumentar bastante temprano, porque Delgado superó en velocidad al lento Ubeda y pasó la pelota por encima de la demorada salida de Cuenca. Pareció que Boca iba a golear, pero se quedó y Racing recurrió a la capacidad de Rueda y al amor propio de todo el equipo. La defensa auriazul tuvo sus desaciertos importantes y en uno de ellos, falló Abbondanzieri al intentar llevarse la pelota con un pie y Rueda, siempre atento, descontó y puso el suspenso. Es innegable que Boca tiene motivos para ser optimista y también es evidente que a Racing le sobran dificultades.

SINTESIS DEL PARTIDO: