Se cree que está molesto porque lo han dejado en el banco de suplentes en los últimos partidos, sobre todo porque entró cuando ya estaba por terminar en el clásico del sábado pasado con el Inter (1-0).

La versión oficial del Milan por la cual no fue convocado para el partido de este martes es que sufrió un golpe en la rodilla en el entrenamiento de la víspera.

Sin embargo, al parecer, sería sólo una excusa para no hacer trascender la crisis en las relaciones con el jugador porque es difícil que se haya lesionado en un entrenamiento en el cual no participó.

El Milan cambió después de explicación y el técnico, Carlo Ancelotti, dijo que estaba "sólo un poco resfriado", aunque se considera que se trata de una "lesión inteligente", como la ha bautizado la prensa cuando los clubes tratan de justificar la exclusión de un jugador.

En una reacción de orgullo, el atacante brasileño se negó a jugar en el torneo de menor importancia en que participa el Milan.

El Milan está luchando por el título de la Liga Italiana y de la Liga de Campeones, mientras la Copa Italia se considera el pariente pobre de estos otros dos, en que lo grades del fútbol italiano le restan importancia y hacen jugar a los reservas.

El finalista entra de derecho propio en la Copa UEFA, un trofeo buscado por los equipos pequeños o medianos que no tienen otra forma de participar en una competencia europea, que no es el caso del Milan.

De hecho, se habría negado a jugar con los reservas, con el llamado "Milan 2". Su último partido como titular fue el 15 de marzo en Reggio Calabria, Reggina-Milan 0-0.

Cuando le consultaron al presidente del Milan y primer ministro, Silvio Berlusconi, por qué Rivaldo no había jugado contra el Inter, afirmó: "Me dijeron que no podía jugar todo el partido".

Su rebeldía fue el título principal, a lo ancho de la primera página de la Gazzetta dello Sport: "Rivaldo cierra la puerta en la cara".

Según la Gazzetta, se necesitó de todo el tacto de su compatriota Leonardo, que acaba de dejar de jugar para asumir como dirigente del Milan, para evitar que el viernes abandonara la concentración del equipo cuando supo que no jugaría el clásico.

Rivaldo habría dicho: "¿qué hago aquí, si después no juego?". Sin embargo, agrega, el incendio igual se produjo ahora con su rechazo a jugar en la Copa Italia.

No sólo tiene problemas con el club, sino también con los hinchas, que lo han pifiado las últimas veces que jugó.

Los hinchas en Italia son una verdadera institución, algo serio, que cuentan mucho en el fútbol italiano.

El brasileño podría estar sufriendo los efectos de la separación de su mujer Rose y sus dos hijos, Rivaldinho y Thamyrys, que regresaron a Brasil, y estar con "saudades", la nostalgia del país.

Son lejanos los tiempos cuando se presentó por primera vez a los entrenamientos en el centro deportivo de Appiano Gentile, en las afueras de Milán, con sus habituales zapatos de fútbol blancos, y afirmó: "vengo para ganar todo".

Ama el fútbol y la música. Contó una vez que en el mundial, cuando "íbamos en el bus a los partidos, siempre cantábamos, menos en la final, pero el entrenador nos preguntó por qué estábamos callados, y nos pusimos de nuevo a cantar". Según el Corriere dello Sport, Rivaldo y el Milan están en "ruptura total".