La entrevista estaba pactada para realizarse en su moderno y nuevo gimnasio, un impresionante edificio de varios niveles que sirve de centro de preparación de boxeo y como centro de actividades de la comunidad. Había sido un día de mucho ajetreo y compromisos para Marco por lo que debimos esperarlo un poco. Pero precisamente esa espera me permitió ver y entender lo que está alrededor de esta carismática figura.

Todo lo que Marco hace en esta vida es un asunto de familia, algo que es evidente al ver a sus hermanas y hermano manejando cada detalle del gimnasio. La otra parte de esta familia es la comunidad. En este centro de mejoramiento personal y físico se respira un ambiente de motivación y progreso, y siempre es refrescante ver el rostro de tantos niños poner su afán y esfuerzo en llegar a ser como su ídolo, exitoso a base de mucho trabajo y disciplina.

Por eso al sentarme a conversar con Marco -como en casa- ya no importaba el tiempo esperado o en su caso el agotamiento después de un día tan activo. Como hombre ocupado que es, tenía su celular en mano, aunque presumo que con gesto de cortesía silenció el timbre para que no interrumpiera durante nuestra charla.

La conversación siguió un camino cronológico, así hablamos acerca de sus inicios y cómo fue que lo descubrió su entrenador de siempre Rudy Pérez, a quien ve como un segundo papá (con el permiso de don Jorge).

Es evidente que Marco valora mucho sus primeros pasos y a las personas que tanto apoyo le dieron al principio. Hablando después con el propio Rudy Pérez, la historia se consolida pues el mismo entrenador me confesó que realmente vio algo especial en los dos jóvenes (Marco y su hermano Jorge) que lo hicieron soñar con mucho éxito.

Como buen mexicano que es Marco, no podía faltar el tema del fútbol y su sueño de ser un gran goleador. Ahora por sus compromisos no necesariamente sigue el fútbol pero sí puedo asegurar que en el fondo este boxeador es un futbolista de corazón.

Ya en materia de boxeo, me llamó mucho la atención que Marco Antonio no destaca ninguno de sus grandes y "famosos" pleitos como el máximo acontecimiento de su carrera sino una pelea contra Josefino Suárez por el título Super Mosca mexicano en 1992 cuando contaba con tan solo 18 años de edad. Al hablar de ese combate se nota que es un evento que realmente tuvo un gran impacto en su vida.

Claro, no podía faltar el tema candente de su rivalidad con "el terrible" Erik Morales: ambas peleas fueron un desafío personal más que otra cosa por el tono que tomó este duelo mucho antes de escenificarse cada combate; inclusive previo a su revancha se suscitó aquel ya famoso episodio de la rueda de prensa en Houston donde Marco pierde la cordura y ante las "ofensas verbales de Morales", le conecta un golpe corto al mentón.

Sus ojos se encienden al hablar de Erik Morales, porque este acérrimo rival es catalogado como su némesis pero ante todo por lo que entre ellos se ha tejido con el pasar del tiempo. Estas son las grandes y legendarias rivalidades de las que vive el boxeo!!!

A propósito de rivalidades y retos, su obstáculo mayor fue por A o por B, Junior Jones, quien en dos ocasiones lo venció. Este es obviamente el rival que se conviertió en su bestia negra y verdugo, y junto a Kennedy McKinley, el que más fuerte le ha pegado… Que por cierto, muy honestamente me comentó.

En la conversación no podía faltar mi intromisión en el aspecto personal, pero Marco muy abiertamente compartió en detalle momentos de su vida personal que voy a valorar por siempre, como cuando se convirtió en papá.

Conforme transcurría la conversación y con ello el tiempo, Marco seguía compartiendo conmigo anécdotas y detalles de su vida. En todo momento, eso sí, destacó el hecho de que su fuente de inspiración es su familia y que su mentalidad triunfadora es el resultado de su entorno familiar. Algo que ahora quiere continuar él con su primogénito.

Por eso y por sus triunfos, Marco Antonio se ha convertido en el verdadero ídolo del pueblo, el ejemplo a seguir por millones de jóvenes que buscan no solo en el boxeo sino en cualquier campo, una figura en quien apoyar sus ideales. Marco es eso, un hombre sano, con suma madurez y ante todo centrado en sus objetivos.

Además, algo que siempre he admirado en Marco Antonio, es que más que talento y aptitud física, es sumamente inteligente dentro y fuera del cuadrilátero. Su mente siempre está trabajando en forma positiva, ya sea observando y estudiando a un rival , o trazándose metas y objetivos como ser humano.

Logros ya ha obtenido, y vendrán muchos más para él. Ya ha demostrado que para ser el campeón de campeones no es necesario ostentar el cetro de alguna organización boxística pues a la gente no se le engaña de esa forma.

Casi dos horas despúes de haber iniciado nuestra charla, obligatoriamente, había que echar un vistazo al reloj. Pero, ¿quién dice que Marco Antonio Barrera no habla mucho? Él mismo estaba sorprendido por haberse "destapado" a hablar; algo sorprendente si proviene de alguien que no es de tener muchos amigos.