La leyenda de "O Rei"

Cuando mi carrera como periodista empezaba, la de Pelé como jugador ya había finalizado. Lo vi jugar cuando niño, por eso sé que Pelé, el crack, es inmortal, pero su obra es fugaz como la de todos los grandes artistas del fútbol mundial

Por PAULO CESAR ANDRADE

BRISTOL -- Me acuerdo bien de cuando conocí a Pelé. Yo había empezado mi carrera de periodista deportivo en 1983 y estaba en un hotel en Río de Janeiro cuando él llegó para ser homenajeado. Quien lo presentó fue un amigo en común que hoy es el vocero del gran estadio Maracaná, Iata Anderson, conocido como "el amigo del Rey".

Pocas semanas después, el teléfono sonó en la redacción de TV Manchete, donde yo trabajaba, y del otro lado de la línea estaba Pelé, que necesitaba mi ayuda como periodista para desmentir una noticia que había sido divulgada de manera equivocada. Rápidamente llevé mi equipo al departamento que él tenía en Copacabana y allá grabamos la entrevista. Desde ese momento, creo que nació una amistad que dura hasta hoy. Actualmente nos vemos muy poquito, pero cuando nos encontramos es siempre una fiesta. Y ya van 20 años de amistad.

Cuando era niño vi jugar a Pelé muy pocas veces, pero me acuerdo de su gol número mil en un miércoles de lluvia en el Maracaná. Mi padre me llevó y me pareció fantástica toda aquella fiesta. Perdónenme los jugadores e hinchas de hoy que no vieron a Pelé jugar pero como consuelo, existen algunas películas, videos de la Copa del 70 y fotos, muchas fotos. También, las palabras de la prensa internacional y de otros que lo vieron jugar en todo este planeta; aun sabiendo, sin embargo, que las palabras, como observó el escritor Thomas Mann, pueden apenas rendir culto a la belleza, pero no reproducirla.

Pelé, el verdadero, no se puede ver ni hoy ni nunca más. Pelé, el crack, es inmortal, pero su obra es fugaz como la de todos los grandes artistas del fútbol mundial. No soy yo quien va a intentar describir en palabras la belleza de sus más de 1.300 jugadas que terminaron en el fondo de la red.

Digamos que Pelé hizo de todo con rigor y perfección. Los tiros al arco, los cabezazos, el dribbling, el dominio de la pelota, el pase, el gol. Era una masa de músculos cruzando ferozmente el campo enemigo en dirección al gol; y sin embargo, ¡cuánta delicadeza en su relación con la pelota! Si no hizo más goles, la culpa debe de haber sido de ella, que algunas veces no comprendió el raciocinio del maestro.

Para terminar, a mí me gustaría que Pelé perdonara a Zidane, Ronaldinho, Figo, Beckham, y tantos otros que cuando cometen errores en el campo, tienen la más justa de las excusas: todos son muy jóvenes y nunca vieron jugar a Pelé!

- ESPNdeportes.com

 ENVÍALO

ESPNdeportes.com: INFORMACIÓN PUBLICITARIA | EMPLEOS
Copyright ©2001 ESPN Internet Ventures. Todos los derechos reservados. Este material no puede ser publicado, transmitido, re-escrito, o re-distribuido en ninguna forma. Por favor presione aquí para las restricciones y términos legales aplicables a este sitio. El uso de este sitio implica la aceptación de dichas normas.

PELÉ