Cuando el alumno supera al maestro

Australia ya venía demostrando en el campo de juego que le ha quitado el reinado del rugby a los All Blacks, y ahora pegó otro golpe: se quedó con la organización en solitario del Mundial 2003

BUENOS AIRES -- Cuando "el alumno supera al maestro" las estructuras se modifican y aparecen los conflictos por el protagonismo y el poder. El rugby no es una excepción a los parámetros normales de la vida y eso mismo fue lo que sucedió entre Australia y Nueva Zelanda en la puja por organizar el Mundial del 2003.

Vale recordar que el 22 de abril de 1999 la International Rugby Board (IRB, la entidad madre de este deporte en el planeta) oficialmente designó a Australia como anfitrión de la competencia, en tanto que Nueva Zelanda fue confirmado como sede secundaria, invirtiendo los roles en los cuales se disputó el primer Mundial de este deporte, en 1987.

Pero el calendario se fue consumiendo y pocos trabajaron con anticipación. Y hace apenas un mes, cuando los neocelandeses debían firmar su contrato con la IRB, aparecieron los insalvables problemas que Australia supo aprovechar muy bien para quedarse con el 100% del Mundial.

Nueva Zelanda es el país del rugby. Nadie discute eso. Pero la enorme pasión de su pueblo con este deporte (sólo comparable con la pasión de los galeses) no fue correspondida por la habilidad de sus dirigentes, que tal como sucede dentro de la cancha han visto cómo Australia los dejó con las manos vacías.

Mientras Australia propuso un contrato sumamente favorable para la IRB y exhibió además todos los pergaminos organizativos de los Juegos Olímpicos de Sydney, los neocelandeses elevaron sus protestas porque el Mundial interferiría con su competencia local (el NPC), dijeron no estar dispuestos a quitar de sus escenarios los carteles de publicidad existentes (éste fue el punto clave de la discordia) y, además, hicieron correr rumores de un posible boicot al Mundial en caso de perder la sede.

Entonces la decisión que debieron tomar los 21 miembros del Consejo Directivo de la IRB (con el argentino Carlos Tozzi incluído) estaba cantada. El último jueves ratificó por "amplia mayoría" a Australia como sede única y anunció que en tres semanas darán a conocer la integración de las zonas y las sedes de los 48 partidos.

Todo tipo de reclamos se escucharon desde ese momento. Helen Clark, la primer ministro neocelandesa, no dudó en acusar al galés Vernon Pugh de orgulloso y arrogante; en tanto que el ex capitán Zinzan Brooke convocó abiertamente al boicot de los All Blacks.

Del otro lado fueron muchos los festejos en distintas oficinas australianas. El ministro australiano de turismo, Joe Hockey, estimó que "esta organización exclusiva es una oportunidad muy buena para que Australia vuelva a la escena deportiva internacional después del éxito de los Juegos Olímpicos de 2000".

Pero lo cierto es que en los campos de rugby Australia ya demostró que le ha quitado el reinado a los All Blacks. Obtuvo dos de los últimos tres Mundiales y fue el campeón del Torneos de las Tres Naciones en el 2000 y 2001. Y fuera de los campos de rugby Australia también demostró ser más hábil: tiene una dirigencia profesional y se aggiornó a los mecanismos del marketing moderno, sin aferrarse a las razones del corazón. Otro claro ejemplo del "Alumno que superó al Maestro".

PABLO MAMONE es periodista especializado en rugby desde 1985. Se ha desempeñado como redactor del diario Clarín y como productor de los programas de rugby de ESPN. Actualmente es Director de Noticias del SportsCenter Latino y columnista de ESPNdeportes.com.

 ENVÍALO | MÁS ENVIADOS

Mundial de Rugby
El quinto Mundial ya va tomando forma
viernes, 19 de abril