Ambas selecciones disputan el citado trofeo desde hace 118 años, el más antiguo de la historia del rugby y uno de los más viejos del deporte internacional.

Esta vez, los ingleses demostraron que en Europa casi no tienen rival y que son los favoritos para ganar el segundo Seis Naciones.

El XV de la rosa ha derrotado hasta ahora fácilmente a los tres equipos más fáciles de la competición, Escocia, País de Gales e Italia, y en las dos jornadas restantes se enfrentará a Francia, su máxima rival en los últimos años, e Irlanda, la más joven, espectacular y revelación el año pasado, además de la única que ha vencido todos sus encuentros este año.

Desde el principio, Inglaterra dominó al completo las fases del juego y demostró a sus rivales que poco o nada tenían que hacer porque eran superiores en todas las líneas.

Escocia resistió sólo 20 minutos, más porque Inglaterra no apretó a tope que por méritos propios. Cuando los locales obtuvieron el primer try pareció que los escoceses se iban a venir abajo, pero resistieron el empuje inglés e, incluso, marcaron por medio de Hodge en un penal.

Fue solo un espejismo porque en la segunda parte Inglaterra bordó el rugby y jugó uno de los mejores partidos que ha visto el legendario estadio de Twickeham.

Tanto en el juego a la mano como en las patadas de Wilkinson, en su delantera y en su línea de tres cuartos los campeones de 2000 dieron una lección de rugby moderno, sus jugadores pusieron en evidencia su versatilidad -la mayoría de sus delanteros son capaces de situarse en la línea de tres cuartos y jugar con soltura a la mano, al tiempo que dejaron claro que son el más serio rival de las selecciones del hemisferio sur, Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica.

Por si fuera poco el escocés Pountney fue expulsado en el minuto 50 y dejó a su equipo durante 10 minutos con 14 jugadores. Inglaterra estuvo a punto de humillar a Escocia con dos tries de scrum consecutivos que, con introducción para los visitantes y debido al empuje de la delantera inglesa, situaba al XV del cardo detrás de su línea de marca.

Sin embargo, Escocia resistió ayudada por dos decisiones del árbitro protestadas por el público inglés. Incluso el capitán Martín Johnson pidió scrum a cambio del tiro a palos con el fin de que su paquete de delanteros intentará de nuevo meter a los escoceses y al balón en el ingoal. No lo consiguió.

Pero en la siguiente jugada un penal pateado por Wilkinson dio el uno de los palos y propició el cuarto try de Inglaterra por medio de Balshaw.

A partir de ahí los locales trataron de hacer un juego más propio de una exhibición que de un encuentro del Seis Naciones, lo que evitó que la diferencia en el marcador fuera aún mayor.

La fiesta inglesa finalizó con el try de Greenwood en solitario y bajo los palos escoceses. Era la demostración de que Inglaterra está a otro nivel y que en Europa, de momento, sólo Francia e Irlanda pueden hacerle sombra.

LOS EQUIPOS

43. Inglaterra (29+14): Leonard, West, Vickery, Johnson, Grewcock, Hill, Dallaglio, Back; Dawson, Wilkinson; Cohen, Catt, Greenwood, Healey; Balshaw. También jugaron: Robinson y Worsley.

3. Escocia (3): Smith, Bulloch, Stewart, S. Murray, R. Metcalfe, M. Leslie, Taylor, Pountney; Nicol, Hodge; Logan, J. Leslie, A. Bulloch, C. Murray; y Paterson. También jugaron: McIlwham, Redpath, McLaren y Craig.

Marcador: 5-0 m. 6, try de Dallaglio. 8-0 m. 10, conversión de Wilkinson. 8-3 m. 12, penal de Hodge. 15-3 m. 35 try de Grewcock convertido por Wilkinson. 22-3 m. try de Dallagio convertido por Wilkinson. 29-3 m. 43 trey de Balshaw convertido por Wilkinson. 36-3 m. 61, try Balshaw convertido por Wilkinson. 43-3 m. 77, try de Greenwood convertido por Wilkinson.

Arbitro: M. Davies, de País de Gales. Expulsó 10 minutos a Pountney de Escocia en el minuto 50.