Como ocurre cada vez que el brasileño se presenta en esta ciudad, el estadio lo recibió con un lleno total (más de 5 mil personas), aún cuando la mayoría ya estaba enterada de la deserción de último momento del chileno Marcelo Ríos, su rival original.

Obviamente, el entusiasmo del público decayó notablemente al conocerse la noticia, ya que Kuerten vs. Ríos era en los papeles un partidazo.

Pero al mediodía el "Chino" anunció oficialmente su decisión y su lugar fue ocupado por Miranda, quien entró al cuadro final por tener el ránking más alto entre los jugadores eliminados en la clasificación.

Pero, por otro lado, es sabida la fascinación que el público tenístico argentino tiene con Guga, por lo que es muy probable que hubieran comprado su entrada para verlo, de todas formas.

Más allá de especulaciones inconducentes, lo cierto es que el estadio se vino abajo cuando Kuerten hizo su ingreso, confirmando la teoría - siempre difícil de digerir para algunos - de que este hombre provoca por estas tierras más pasión que cualquiera de los jugadores locales.

En la cancha, ocurrió lo previsible. Es decir, Guga se impuso con total facilidad, aún a pesar de que no brilló, ni mucho menos.

Simplemente, la diferencia de jerarquía fue enorme. Claro, se enfrentaban un ex número uno del mundo, tres veces ganador de Roland Garros, contra otro que jugaba su segundo torneo de ATP (su único antecedente era el Abierto de Francia del año pasado, donde cayó en primera ronda).

Kuerten lo ganó cómo y cuándo quiso, aunque lució un tanto errático por momentos, y ahora enfrentará a su compatriota Flavio Saretta en segunda ronda.

UN APLAUSO PARA EL PERUANO
Más allá del entusiasmo del público por ver a uno de sus ídolos (aunque esta vez hubo sólo una bandera de Brasil en el estadio), el aliento llegó tibiamente desde las colmadas tribunas.

Sin embargo, la gente no escatimó su sarcasmo para con el pobre Miranda.

Cuando el partido ya estaba en su agonía, alguien gritó "un aplauso para Miranda, que se animó a venir", en clara referencia al abandono de Ríos (fue muy silbado cuando se anunció por los altavoces lo de su lesión).

A esto le siguió una estruendosa ovación para Miranda y el público hasta coreó su nombre, aunque todo esto no fue muy bien tomado por el propio jugador.

"Para un primer día de torneo fue una maravillosa sorpresa el apoyo de la gente. En realidad, acá siempre me recibieron muy bien, con el estadio lleno", dijo Guga tras el partido.

El brasileño también analizó brevemente su actuación:

"Me siento muy bien, pero igual debo mejorar muchas cosas, porque hacía ocho meses que no jugaba en polvo de ladrillo. De acá en más, hay que estar 100% para seguir avanzando. Los argentinos están jugando cada vez mejor, y eso hace más fuerte al torneo. Con todo esto, el que gana es el público", explicó.

GAUDIO, TALENTO Y SOLIDEZ
Previamente, Gastón Gaudio venció a Mariano Puerta por 6-3 y 6-2, en un partido de esos que la frialdad casi absoluta del "Gato" lo ayuda a sacarse de encima las adversidades sin tantos problemas como parece desde las tribunas.

Es que el zurdo Puerta jugó muy suelto durante el primer set y complicó a Gaudio más de lo previsto, con derechas muy profundas y potentes.

Sin embargo, Gaudio no perdonó los errores de su rival en el séptimo juego y terminó quebrándole el servicio, lo que marcó la única diferencia.

El segundo set, a partir del tercer juego la cosa fue mucho más fácil para Gaudio. Porque dio la impresión que Puerta había dado todo lo que tenía. Claro, hay que tener en cuenta que todavía está lejos de su mejor nivel, tras aquella lesión en la muñeca que lo sacara de carrera durante un tiempo muy prolongado.

El asunto es que Gaudio comenzó perdiendo 0-2. Pero enseguida se recuperó y ganó los seis juegos siguientes, ratificando su buen momento.

Gaudio enfrentará en segunda ronda al brasileño Fernando Meligeni, que el lunes derrotó al español Alberto Montañés.

LAS NOTAS DE DRAMATISMO
La nota de dramatismo de la jornada se produjo durante el segundo juego del partido. Cuando Kuerten estaba por sacar, se escuchó "llamen a un médico" desde uno de los codos.

Guga se detuvo, mirando hacia la tribuna con preocupación durante uno o dos minutos. Una persona había sufrido una indisposición, pero fue rápidamente atendida.