Para Agassi el duelo con el australiano adquiere tintes de epopeya. "La lucha con Hewitt es una guerra abierta", dijo hoy, hay pocos puntos de diferencia pero hay que jugársela", analizó el de Las Vegas al comentar que solo les separan 88 puntos.

Después de ganar en Madrid el decimoquinto Masters Series de su carrera y sobre todo olvidándose de la derrota en la final del US Open ante Pete Sampras, Agassi dejó claro que incluso próximo a cumplir 33 años, sigue con las ilusiones a flor de piel.

"No pienso en la retirada. El secreto de mi éxito es saber combinar los resultados con mi situación personal, y en eso tengo que decir que me ayuda mucho Steffi (Graf) porque entiende mi condición", comentó.

Agassi reconoció que este año se encontraba mucho más dispuesto. "Vengo mucho mejor preparado que en Sydney (2001), más fuerte y más seguro de mi juego. Cada año es más y más duro llegar a estas alturas en forma, pero siempre encuentro motivaciones especiales", dijo.

Hewitt se mostró parco en palabras, y vigilado a distancia por sus padres, Glynn y Cherylin, el defensor del título, y el jugador que el año pasado acabó la temporada en el puesto de número uno, como el más joven de la historia de la ATP, reconoció que este año la tarea sería más complicada.

"Cualquier tropiezo puede ser un peligro", dijo Hewitt, "sobre todo porque hay días buenos y otros malos", comentó.