El partido, que se jugó ante siete mil espectadores en el Estadio Nacional de Santiago, mostró a los dos tenistas jugando al límite de su capacidad y el resultado es el reflejo fiel de lo disputado que fue cada punto entre el ex número uno del mundo y "Mano de Piedra".

Fernando González, que es dirigido por el argentino Horacio de la Peña, está clasificado actualmente en el puesto 17 de la ATP, tras haber comenzado la temporada 2002 en el lugar 135, trayectoria que le valió ser invitado como suplente al Masters de Shangai, que deben jugar próximamente los mejores tenistas del año.

Marcelo Ríos, en tanto, superó a lo largo del año lesiones que lo tuvieron en el quirófano y las dificultades de no tener técnico, pese a lo cual avanzó desde el lugar 39 al 24 en la clasificación mundial.

El partido de anoche, promocionado como decisivo para determinar quién es el verdadero número uno de Chile, fue tomado con absoluta seriedad por ambos tenistas, que mostraron su mejor juego y definieron cada bola por un margen mínimo.

Marcelo Ríos, contrariamente a su fama de maleducado y antipático -varias veces le otorgaron el Premio Limón en Roland Garros-, sorprendió a todos cuando al término del partido agradeció afectuosamente al público, dedicó el triunfo a sus seguidores, saludó a su esposa y felicitó a su rival.

"Creo que el público se pasó y he sentido una gran emoción al sentir ese cariño. Aspiro a que me sigan apoyando y también a todos los tenistas chilenos. Quiero también felicitar a Fernando, que ha tenido un gran año y espero que siga mejorando", señaló Ríos al finalizar el encuentro.