Tras haber ganado el 8 de septiembre en el Abierto de Estados Unidos su tercer torneo consecutivo del Grand Slam (además de Roland Garros y Wimbledon), Serena Williams no ha dejado de viajar. Desde Nueva York voló a Tokio para disputar y ganar el torneo de la capital japonesa, en el que también disputó junto a la estadounidense Martina Navratilova el campeonato de dobles.

La pasada semana, la menor de las Williams voló durante 16 horas desde Tokio para participar en el torneo de Leipzig (Alemania), en donde sumó su octavo título individual de la campaña. También ganó el cuadro de dobles junto a su compatriota Alexandra Stevenson.

El lunes pasado por fin pudo llegar a su residencia en Florida, en donde, fatigada, ha tomado la decisión de descansar las próximas tres semanas.

La norteamericana espera regresar a las pistas en el último torneo de la temporada, el Masters femenino, que se disputará en el Staples Center de Los Angeles entre el 6 y el 11 de noviembre y en el que ella parte como primera favorita entre las 16 mejores del mundo.

"Este es el momento de tomarme un descanso porque no estoy en condiciones de dar el cien por cien. Después de tantos partidos el riesgo de lesión es alto y por eso he decido hacer una pausa. Quiero llegar a tope a Los Angeles para defender mi título", dijo Williams.