Ronda Rousey, una de las estrellas más importantes que han producido las Artes Marciales Mixtas, regresará a la competencia, oficialmente, el 30 de diciembre.
Y no podemos dejar de pensar si regresará por última vez.
El presidente de UFC, Dana White, anunció este miércoles que Rousey, de 29 años, intentará recuperar el campeonato Gallo ante Amanda Nunes en el UFC 207 que se realizará en Las Vegas el 30 de diciembre. La fecha marca la primera aparición de Ronda desde que la ex campeona Holly Holm la noqueó en noviembre pasado.
Ésa fue la primera derrota para Ronda en su carrera en las Artes Marciales Mixtas y no ha tenido actividad desde entonces. Ha hecho numerosas apariciones públicas en 2016, incluida una invitación como presentadora al show ‘Saturday Night Live’.
Se puede entender por qué la fama de Rousey entró en efervescencia en 2015. No es que no fuera una figura pública antes, pero un triunfo en 14 segundos sobre Cat Zingano en el UFC 184 y, seis meses después, un triunfo en 34 segundos frente a Bethe Correia en Brazil desató la ‘Rouseymania’.
UFC le pidió a Ronda un regreso rápido para encabezar una cartelera en Melbourne, Australia, sería el acto final de un año realmente frenético para Rousey, que, viendo hacia atrás, debió rechazar.
Rousey apareció al límite para su combate frente a Holm, sus compromisos antes los medios eran extenuantes. En las semanas previas al evento, su relación romántica con Travis Browne, quien enfrentó acusaciones de violencia doméstica de su ex esposa meses antes (sin que se le impusieron cargos), llenaron los titulares.
También antes de la pelea, la madre de Ronda, la doctora AnnMaria De Mars, criticó públicamente a su entrenador, Edmond Tarverdyan. Cuando llegó el combate, Ronda se veía agitada. Empujó a Holm, quien fue muy respetuosa con ella, mientras se pesaban. Se habló de que Rousey debía tomar un largo descanso del octágono después de defender su título.
Todo ello nos trae al presente: Rousey enfrentará a una rival muy talentosa y atlética, Amanda Nunes, que viene de vencer en el primer round a Miesha Tate en el UFC 200. Nadie puede predecir el futuro, la última pelea de Ronda es un gran recordatorio de ello, pero suena razonable que el 30 diciembre, gana o pierda, sea la última pelea de Ronda.
Para empezar, siempre hubo razones para creer que no duraría mucho en el deporte. Ha lidiado con lesiones que se atribuyen a una carrera larga en el judo antes de llegar a las Artes Marciales Mixtas. Ha tenido problemas con las rodillas y tuvo una cirugía menor en 2016. Lidió con varias lesiones de mano, relacionadas con sus peleas en 2014. Y, por supuesto, con una conmoción por una patada en la barbilla por la que, según le dijo a ESPN.com, no mordió una manzana por meses.
Dejar del deporte con esa clase de derrota habría sido una decisión muy dura. No solo porque se convirtió en una especia de Mike Tyson, una atleta invencible en el combate, era también el símbolo de la fuerza femenina.
Nunca se esperó que Ronda cayera, pero no levantarse después de que sucediera?, eso no sería algo que Rousey haría. En su primera entrevista con ESPN.com después de la derrota, inmediatamente, prometió que regresaría.
Pero una vez que lo haga en el UFC 207, se quedará?
Una derrota la puede llevar a no seguir por razones obvias, pero una victoria puede provocar lo mismo. Si recupera el título y despeja las dudas por primer vez en su carrera, qué tan atractiva será una pelea contra Cris ‘Cyborg’ Justino o una revancha contra Holm sería posible?
Rousey es medallista olímpica de bronce y tiene seis defensas del título de UFC para respaldar su carrera. No estoy cuestionando su capacidad competitiva, solo estoy diciendo que hay razones para pensar que será su última pelea.