ST. PAUL, Minn. - Los aplausos y vítores mientras Zach LaVine entraba en la habitación eran ruidosas, audible para todos en la escuela mientras el escolta de los Minnesota Timberwolves llegaba y saludaba a la multitud.
Audible para todos, excepto para la mayoría de los que hacían la bulla.
En su corto tiempo en Minnesota, el jugadores de 21 años ha formado un fuerte vínculo con el Metro Deaf School en St. Paul, una escuela que atiende a 100 estudiantes que son audioimpedidos. Y ha usado su habilidad increíble de saltar para ganar dos títulos de clavadas y hacerse un nombre por sí mismo como una estrella ascendente en la NBA.
Sus saltos también están ayudando a los Metro Deaf a tener una mejor comida en la hora del almuerzo.
LaVine estaba disponible el lunes en una ceremonia de corte de cinta de la nueva cocina de la escuela, que fue pagada en parte por el dinero que ganó al vencer a Aaron Gordon, de Orlando en un concurso épico de clavadas en el fin de semana de las estrellas en febrero.
"La mejor parte de cuando crecía era interactuar con los chicos durante el almuerzo y el receso", dijo LaVine. "Todo el mundo recibía su comida. Sólo pensé que sería genial pudieran socializar y ser capaz de pasar tiempo el uno con el otro, almorzar juntos, en lugar de tener que sentarse en clase y comer".
LaVine se interesó inicialmente en trabajar con niños con impedimentos auditivos cuando tomó lenguaje de señas en la escuela superior. Lo hizo con un compañero como un capricho, prefiriendo tomar una ruta diferente en lugar de las clases de español que muchos estudiantes de escuela superior toman. En poco tiempo él y su compañero estaban usando el lenguaje que aprendieron para comunicarse durante los juegos de básquetbol.
"Todos prensaban que hacíamos señales de dugout como en béisbol", dijo LaVine. "Pero hacíamos un lenguaje totalmente distinto". Era realmente genial".
Buscando una manera de involucrarse en la comunidad en Minnesota, LaVine y Ashley Earle de BDA Sports exploraron potenciales causas para él. Earle encontró la escuela para sordos Metro, y LaVine se dio a querer rápidamente a sí mismo con los niños, que se sorprendieron al ver a un jugador de la NBA que podía comunicarse con ellos a través de la lenguaje de señas.