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Así afectan las bajas de Curry y CP3 a Warriors y Clippers

Los amantes del básquetbol recordarán el 25 de abril de 2016 como el día en que los Golden State Warriors bajaron al escalafón de favoritos -en lugar de invencibles- y Los Angeles Clippers perdieron gran parte de sus opciones en los playoffs.

El lunes se confirmó que Stephen Curry estará apartado de las duelas durante alrededor de dos semanas por culpa de un esguince en la rodilla sufrido durante el Juego 4 ante Houston Rockets. Horas después, durante el Juego 4 entre los Clippers y Portland Trail Blazers, Chris Paul se tuvo que marchar antes de tiempo tras sufrir una fractura en el tercer metacarpiano de un dedo de la mano derecha. Las previsiones no son halagüeñas y su regreso a los playoffs dependerá de si tiene que pasar por quirófano. Además, Blake Griffin salió tocado tras volver a lesionarse en el cuádriceps de la pierna izquierda durante el partido del lunes.

La mala suerte se ha cebado con ambas franquicias en sendos infortunios, fruto de la casualidad en los casos de Curry y CP3. Sin embargo, ¿Qué equipo sale más perjudicado? ¿Quién echará más de menos a su estrella?

El impacto que ambos tienen en la plantilla es total y las bajas de los mayores productores de sus respectivos planteles serán sensibles. A pesar de ello hay un equipo que notará mucho más la ausencia de su armador que el otro. Los Clippers peligran en esta primera ronda, mientras que el camino sigue despejado para los Warriors.

Es innegable la influencia de Curry en Golden State. Es el máximo anotador de los Warriors y de la liga con 30.1 PPJ, un artista del perímetro con el récord de triples de la NBA en una temporada el año pasado y el actual. Su velocidad, efectividad, visión de juego y el peso que es capaz de cargar en sus espaldas en cada partido son claves. Con él sobre la duela, el ritmo es mucho mayor y hace que sus compañeros corran más, se producen más contraataques e incluso obliga a las defensas a adelantar varios pasos su línea defensiva para proteger el perímetro. Con Curry, las marcas no están tan claras y es capaz de absorber la atención de los defensores en aras de que sus compañeros queden más liberados. Las opciones son infinitas.

En cualquier caso, su ausencia, por notable que sea, ni mucho menos lapida las opciones de los suyos en su carrera hacia las Finales, bien es cierto que una final de conferencia ante Oklahoma City Thunder o San Antonio Spurs sin Curry haría más fuertes a sus rivales. La serie ante los Rockets no corre peligro después de lo visto en la segunda mitad del Juego 4, cuando sin Curry lograron la victoria a domicilio, algo que no sucedió en el Juego 3 gracias a un lanzamiento ganador de James Harden. Aun sin su estrella, los Warriors dieron guerra y estuvieron a punto de vencer el encuentro. Lo que Steven Kerr, recién nombrado Entrenador del Año, ha sabido construir es un sistema donde el grupo es capaz de suplir ausencia notables. Klay Thompson y Draymond Green están capacitados para agarrar la batuta cuando les toca. Con los tres ases sobre la duela, los Warriors llegaron a tener 20.4 puntos de diferencia sobre sus rivales por cada 100 posesiones. Sin Curry, esa cifra se reduce a casi 12 puntos de diferencia. Es una bajada notoria, pero todavía suficiente para ganar partidos. Thompson y Green saben anotar desde el perímetro e incluso la salida de Curry les beneficia porque la defensa de los Rockets se aglutina en la zona y dejan más libertad en el perímetro.

Craso error cuando hay tantos buenos anotadores en los Warriors más allá del Jugador Más Valioso de la temporada pasada y más que probablemente de ésta. No sólo por las anotaciones sino por la buena distribución. Sin Curry hay más juego de poste y jugadores como Shaun Livingston, Andre Iguodala, Harrison Barnes o Leandrinho Barbosa también son capaces de hacer que el balón se mueva con fluidez.

Sin Curry, los Warriors son un poquito peores aunque igualmente letales. Su camino no tendrá obstáculos ni ante los Rockets, no en una hipotética serie ante Portland o unos Clippers que ahora están más mermados que nunca.

CLIPPERS Y LA CONSTANTE ADAPTACIÓN

La temporada ha sido una prueba para mostrar las dotes como coach de Doc Rivers y la capacidad de respuesta de los actores secundarios de la plantilla. Primero fue Griffin, quien se perdió 45 partidos por la lesión en el cuádriceps que le ha vuelto a pasar factura y una fractura en la mano fruto de una agresión al utillero del equipo. En aquel momento, desde el partido de Navidad, CP3 se dedicó a liderar al equipo en solitario e hizo un trabajo encomiable con 19.5 PPJ y 10.0 APJ y un liderazgo que llevó a los Clippers a sobrevivir sin el ala-pívot. No fue el único y J.J Redick, Jamal Crawford, DeAndre Jordan, Austin Rivers y compañía también dieron el do de pecho, eso sí, siempre comandados por Paul.

Con su baja, el equipo pierde a su talón de Aquiles, porque CP3 es para los Clippers lo que el cabello para Sansón: todo. Si sólo nos centramos en esta postemporada, el equipo angelino ha lanzado a canasta por pases de su armador en un 60.3 por ciento de las ocasiones. La dependencia en la distribución de Paul es total en algunos casos. Las oportunidades de Crawford son de un 83.3 por ciento a raíz de jugadas de CP3 mientras que un 36.7 por ciento generadas por otras vías. Lo mismo sucede con Jordan (71.4 por ciento por 50.0 por ciento) o el propio Griffin (63.3 por ciento frente a un 31.0 por ciento). En términos defensivos también ejerce una intensidad absoluta. Durante esta serie ha sabido contener a Damian Lillard y le ha hecho anotar casi cinco puntos menos que durante la temporada regular.

Con Paul, los Clippers son infinitamente mejores. Cuando estuvo sobre la duela en esta serie, su equipo alcanzó una ventaja media de 13.2 puntos por cada 100 posesiones. Sin ir más lejos, en el juego del lunes en que cayó lesionado, los angelinos perdían por seis puntos cuando se retiró y acabaron cayendo por 14 al final de la cita. Cuando él no está presente, los Clippers tienen una eficiencia por cada 100 posesiones de -10.4 puntos.

Si a esto se le suma el que Griffin no está al cien por cien, las opciones de los Clippers son muy reducidas para pasar la serie que los Trail Blazers empataron a dos. En caso de lo que hagan, los Warriors sin Curry siguen siendo más equipo que ellos.