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Tony Parker no tuvo su mejor noche en México

CIUDAD DE MÉXICO -- El juego de los San Antonio Spurs pasa por las manos de Tony Parker, y en México, el francés no tuvo su mejor día ante los Phoenix Suns.

San Antonio, uno de los tres equipos favoritos para ser campeón de la NBA esta temporada, junto a Golden State Warriors y los actuales monarcas Cleveland Cavaliers, tuvo un juego debajo de las expectativas para una institución que logró atraer la asistencia récord en un partido de la liga en México.

Parker es pura elegancia en la duela. Un francés que tiene un rol de guía, el que dirige el ataque de San Antonio. Cuando se inicia una jugada, el balón pasa por sus manos. Normalmente está detrás de la línea de triples, viendo cómo sus compañeros se mueven por la duela, esperando el momento, el error en el rival para dar el pase que termine con los puntos.

Por eso cuando el francés no anda fino, está ausente en la duela, no conecta con sus compañeros, y solo da dos asistencias en 31 minutos, como ante Phoenix, San Antonio sufre y depende de la destreza física de Kawhi Leonard, para que se cree sus propias jugadas, y de la fortaleza de LaMarcus Aldridge. Leonard tuvo una actuación sobresaliente, de hecho anotó uno de cada tres puntos de los Spurs ante los Suns, pero le faltó apoyo.

"Fue una felicidad jugar en México, los fans estuvieron fantásticos, y a pesar de perder disfrutamos la visita", dijo Parker, con un tono serio.

Si Parker no juega en su nivel, y se combina que la defensa de San Antonio permite 108 puntos, más que su promedio de 97.7, las probabilidades se ganar se reducen a una canasta casi en el último segundo. Algo que le pasó ante Phoenix, y que es no positivo para un equipo que tiene la etiqueta de favorito, pero que lo debe validar en la duela, en el escenario y el rival que sean.

México se fue contento por el juego. Y por el drama al final. Pero esperó tres años para ver a los Spurs después de un incidente en la arena ante los Minnesota Timberwolves que obligó a cancelar aquel partido. Y cuando por fin logró ver a un San Antonio, no lo pudo disfrutar a plenitud, no pudo ver su verdadero nivel, porque su guía, Tony Parker, estuvo ausente.