<
>

Cinco claves de un Juego 3 a todo o nada en Cleveland

La vida a veces te ofrece solamente dos opciones cuando intentas mantenerte en pie bajo el peso de un acontecimiento abrumador: Puedes dejarte colapsar ante la aparente inevitabilidad de lo que está por ocurrir, o puedes descubrir el tipo de fuerza con la que no sabías que contabas anteriormente para dejar a todos boquiabiertos.

LeBron James y los Cleveland Cavaliers ya encontraron esa reserva escondida a esta altura el año pasado cuando regresaban a su ciudad 2-0 abajo en las Finales de la NBA tras sendas palizas por 15 y 33 puntos respectivamente en California contra los Golden State Warriors. Todos sabemos cómo terminó esa historia, con LeBron derramando lágrimas de alegría.

La trama es engañosamente similar este año, ya que los Warriors arriban a Cleveland con esa misma ventaja una vez más tras aplastar a su rival por 19 y 22 puntos en los dos compromisos iniciales de la actual edición de las Finales, la tercera consecutiva entre estos dos titanes del básquetbol mundial.

La historia es engañosa porque los Warriors de aquel entonces no contaban con Stephen Curry al 100 por ciento físicamente, tampoco con Kevin Durant como foco estelar ni un aura de invencibilidad a su alrededor producto de su marca perfecta en la postemporada. Es más, Golden State había perdido cinco veces a esta misma altura en el 2016.

Es muy, pero muy difícil para cualquiera contemplar cómo sería posible que un equipo que va 14-0 en los playoffs de repente pierda cuatro de sus próximos cinco encuentros. Sin embargo, la misión de Cleveland es seguir con vida ganando un solo partido, el del miércoles. Si no lo hace, su destino como subcampeón estará sentenciado.

A continuación repasamos las cinco claves para el partido más importante de la temporada en la NBA hasta ahora.

1. ¿Pesará el factor de la localía?

El básquetbol es el deporte en el que más pesa jugar en casa, aunque no hay una explicación práctica para ello.

En el fútbol pesan las dimensiones de cada cancha, factores climáticos y la altura del pasto. En el fútbol americano también importa el clima, y en el béisbol el local batea último y puede haber parques más favorables para bateadores o lanzadores, pero ninguno de esos deportes inclina la balanza tanto como el básquetbol.

El parquet es el mismo, se juega siempre bajo techo y lo único distinto son los colores, pero aun así el factor psicológico es inmenso. Las estrellas juegan igual en cualquier lado, pero son los jugadores secundarios los que se ven afectados para bien o para mal por el aliento del público.

Tomemos a Tristan Thompson, pivot titular de los Cavs, como ejemplo. Cuando los Cavs juegan de local en estos playoffs, él promedia 11 rebotes por partido y nunca ha bajado menos de siete en sus seis oportunidades para lucirse frente a su gente. Además, sus minutos en cancha oscilan entre los 29 y los 42.

Cuando Thompson sale de casa, por otro lado, ese promedio baja a siete rebotes por encuentro y sus minutos en cancha durante sus últimas tres presentaciones en Boston y Golden State ha bajado de 29 en el quinto juego de las Finales del Este a 22 en el debut de las Finales y finalmente a 21 en el segundo episodio de la serie.

Su impacto es cada vez más nulo, y es inadmisible que su promedio haya caído a cuatro rebotes por partido contra Zaza Pachulia. Thompson se lució en el Juego 3 de las Finales pasadas con 14 puntos y 13 rebotes, siete de ellos ofensivos, tras desaparecer con apenas cinco un par de días antes en terreno ajeno.

Ojo, Golden State parece ser inmune al código postal en el que juegue. Su margen de victoria como visitante es de 15.6 puntos con apenas una ocasión en la que prevaleció por menos de 10 puntos y dos por 25 o más. En comparación, su diferencia de local es de 17 puntos con dos triunfos por 25 puntos o más y uno por apenas dos.

2. Elige tu propia aventura

En el primer juego de la serie, los Cavs resguardaron al perímetro con tanto recelo que limitaron a su rival a un 35 por ciento de efectividad desde larga distancia (“apenas” 11 triples), pero como resultado permitieron volcada tras volcada de Golden State con seis de Kevin Durant en la primera mitad.

Ok, volvemos al pizarrón y a defender más cerca del aro…esa es la solución, ¿verdad?

Los Warriors respondieron encestando 18 de 43 triples (41 por ciento de efectividad) con Stephen Curry, Klay Thompson y Durant metiendo cuatro cada uno.

Más que una clave, esta es una inexorable realidad. Los dirigidos por Steve Kerr te van a hacer elegir el veneno que vas a consumir. Lo único que te queda es esperar que no te mate.

3. ¿Qué pasará con Draymond Green y Klay Thompson?

Si los 35.5 puntos que Durant promedia en las Finales hasta ahora o el triple-doble de Curry el domingo pasado no fueron lo suficientemente escalofriantes, mejor que en Ohio recen porque los otros dos miembros de los “Cuatro Fantásticos” no se despabilen.

Thompson se ha llevado muchos elogios por su gran labor en defensa, pero también había anotado 11 puntos o menos en cuatro de sus últimos cinco partidos antes de destaparse con 22 en el segundo juego de la serie. La confianza nunca la perdió, eso queda en evidencia cuando uno ve como él tuvo un 66.7 por ciento de efectividad en tiros de campo tras acariciar la red con apenas seis de sus 29 intentos en los dos encuentros anteriores.

La última vez que vimos al número 11 de los Warriors encaminarse a una presunta recuperación fue en el cuarto juego contra el Utah Jazz con 21 puntos y un 56.3 por ciento de efectividad, pero en su próxima presentación él tuvo apenas seis unidades y un 18.8 por ciento de pericia en 39 minutos ante los San Antonio Spurs. Me gustaría ver consistencia de su parte, él es más que capaz de lograrlo.

Green, por su parte, ha estado en constantes problemas con las faltas personales y no ha podido dejar su huella bajo el aro con apenas un 35 por ciento de efectividad en tiros de campo en la serie y 25 minutos en cancha en el Juego 2.

Si los dos se despiertan junto a Curry y Durant, no hay esperanzas para Cleveland.

4. A cuidar la pelota, pero también a aprovecharla

Los Warriors anotaron 132 puntos el domingo a pesar de que regalaron el balón 20 veces y tuvieron 11 tiros menos que unos Cavaliers con 113 puntos, imagínense que hubiese sucedido si ese total de regalos era de apenas cuatro como en el compromiso inaugural. ¿145? ¿150?

LeBron y sus compañeros mejoraron notoriamente en ese rubro, rebajando su total de 20 en el Juego 1 a apenas nueve en el segundo. Eso elevó su total de intentos de 86 a 100. Lo que les falta es aprovechar esas oportunidades.

Si regalas el balón 11 veces menos que tu rival, pero este te supera en el rubro de puntos de contraataque tras dichos obsequios por 23-14, ¿de qué te sirve tanta cautela?

Los Cavaliers son capaces de apretar el acelerador. Solo deben convencerse de hacerlo tirando la precaución al viento.

5. ¿Sería Iman Shumpert la respuesta como reemplazo de JR Smith?

Supongo que no, pero jugadores como Shumpert y Smith siempre hacen lo contrario a lo que se espera de ellos. Smith fue confirmado como titular una vez más por Tyronn Lue para el Juego 3, pero su rédito es limitado.

Le habían pedido expresamente antes del Juego 2 que vuelva a ser ese tirador inconsciente que nunca vio un triple que no le guste tras encestar apenas un triple y contar con tres puntos en el Juego 1. Él respondió acumulando más faltas (4) que tiros al aro (2) o puntos (0) en 14 minutos el domingo pasado.

Iman Shumpert, su hipotético potencial reemplazante, disputó ocho minutos más como relevo en aquel encuentro y no encestó ningún triple como parte de su esfuerzo en el que se despachó con seis puntos y cinco de seis intentos errados. Eso sí, metió todos sus cuatro tiros libres.

Si esa es la respuesta al problema, entonces nunca entendiste la pregunta. JR Smith es el Factor X que eleva la confianza irracional de su equipo a niveles estratosféricos cuando está encendido. Shumpert es uno más.

Además, Kyrie Irving debe volver a ser protagonista como en las Finales del Este, Kevin Love debe mantener su alto nivel y junto a LeBron combinarse para anotar 80 puntos entre los tres. Eso generará espacios y oportunidades para el resto. Y podría dictaminar el destino de la serie entera.