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Goran Dragic, el guerrero esloveno que busca la gloria en Miami

Goran Dragic se marchó a Europa en abril derrotado, cabizbajo y preguntándose que más pudo haber hecho para evitar que el Miami Heat no clasifique a los playoffs de la NBA por un mero desempate tras ganar 30 de sus últimos 41 partidos de la temporada regular. Cinco meses después, él regresó a Miami con la cabeza en alto, más músculos, una barba y la estirpe de un líder que pasó por mil batallas para convertirse en MVP y campeón del EuroBasket con la selección de Eslovenia.

Lo logró derrotando a España y Serbia, el equivalente de que su propio Heat se consagre esta temporada superando a los Cleveland Cavaliers y los Golden State Warriors.

Fueron esos batacazos y el hecho de que él anotó 35 puntos en la gran final tras promediar 22.6 puntos en el torneo lo que le permitió volver como un jugador renovado que no solo es más fuerte físicamente, sino que también en el aspecto mental a los 31 años de edad. Según Dragic, ese fue el trampolín que necesitaba para arrancar la temporada 2017-18 con todo.

“Me ayudó un montón. Ya estoy en condiciones de jugar habiendo disputado 12 partidos. Significa mucho poder representar a tu país y ganar la medalla dorada. Ya sabes, uno quiere hacer todo lo que puede. Esa final fue durísima, yo me estaba acalambrando durante los minutos finales, pero eso no importó ya que mis compañeros hicieron un trabajo fenomenal y ganamos esa medalla””, Dragic le dijo a ESPN Digital durante una entrevista exclusiva en el primer día de la pretemporada del Heat.

En cuanto a sus expectativas de cara a su décima temporada en la mejor liga de básquetbol del planeta, él no duda en apuntar alto tanto a largo como corto plazo.

“Primero que nada necesitamos contar con una buena pretemporada. Nuestros objetivos son altos, ciertamente debemos llegar a los playoffs, y ojalá que comencemos esta temporada como terminamos la anterior. Nos llevamos muy bien y yo espero cosas grandes. Cada partido cuenta”.

Dragic está acostumbrado a ser subestimado desde que arribó a la NBA en el 2008 y era suplente de Steve Nash en los Phoenix Suns, pero no vengan a decirle a él que no forma parte del club selecto conformado por los mejores armadores de la NBA.

“Yo no sé si soy de élite, pero yo ya he probado mi valía en la liga”, opinó Dragic, quien promedió 20.3 puntos y 5.8 asistencias con un 47.5 por ciento de efectividad en tiros de campo por partido la temporada pasada. Eso lo ubicó undécimo entre bases de toda la NBA en puntos (sexto en la Conferencia Este), decimoséptimo en asistencias (noveno en el Este) y tercero en efectividad en tiros de campo (líder absoluto del Este en ese rubro).

Aquellos que comparten el vestuario y el día a día con él no ignoran a ese salto de calidad.

“Yo simplemente estoy orgulloso de tenerlo con nosotros, y creo que Spoelstra cuenta con él tanto o más que con cualquier otro jugador”, Pat Riley, presidente del Heat, le dijo a la prensa la semana pasada.

James Johnson, ala pivot de Miami, describió a Dragic en una entrevista con la estación de radio 790 The Ticket como alguien “duro” que juega “como si fuese de otra época”. En otras palabras, el base esloveno no se hubiese visto intimidado por los “Bad Boys” de los Detroit Pistons en la década del ’80.

EL LEGADO MÁS PRECIADO

Dragic idolatra a Drazen Petrovic, el escolta yugoslavo que se destacó con los Portland Trail Blazers y los New York Knicks entre 1989 y 1993 rumbo al Salón de la Fama. La madre de Petrovic le obsequió una camiseta de su héroe tras el EuroBasket, lo que lo llevó a Dragic a llorar de la emoción. Él aspira a ser un ejemplo para los niños tal y como Petrovic alguna vez lo fue para él.

"Eslovenia solía formar parte de la ex Yugoslavia y Drezan Petrovic era uno de los mejores jugadores del planeta. El contar con ese privilegio de saber que su mamá decidió darme su camiseta ya que ella piensa que yo lideré a la selección eslovena como lo hacía Drezan fue algo especial. (Petrovic) es un héroe para mí y para muchos otros, y fue un honor recibir esa camiseta”, dijo Dragic.

“No sé si soy un héroe, pero espero poder darle un buen ejemplo a los niños con mi ética de trabajo. Lo más importante es que si ellos tienen sueños, deben trabajar duro para obtenerlos”.

El abanderado del campeón de Europa espera poder convertirse en el referente del nuevo campeón de la NBA que acabe con la supremacía de los Warriors. Y si hay alguien que ya sabe de epopeyas, ese es Goran Dragic.